Papas con manejo de Micorrizas producen hasta 5 toneladas por hectárea

En la búsqueda de un equilibrio entre la productividad agrícola y la sostenibilidad, un conocimiento biológico esencial emerge con fuerza gracias a la ciencia chilena. El uso de micorrizas, hongos benéficos que establecen una simbiosis con las raíces de las plantas, está demostrando ser un pilar fundamental, con casos que reportan aumentos de hasta cinco toneladas de papas por hectárea.
Este notable avance subraya una "revolución silenciosa" que se gesta bajo nuestros pies. Por décadas, la agricultura se centró en la química del suelo, olvidando la vital biología que lo compone. Las micorrizas son hongos que extienden el alcance de las raíces de las plantas, actuando como un sistema secundario. Esta red fúngica es experta en capturar y transferir nutrientes clave como el fósforo, al tiempo que fortalece el suelo y la resistencia de la planta ante el estrés hídrico y la salinidad.
De la investigación al campo: El caso de Myconativa
La empresa chilena Myconativa ha logrado cerrar la brecha entre el conocimiento científico y la aplicación en el campo. Fundada en 2017, su misión es ofrecer soluciones medibles y efectivas para una agricultura rentable y sostenible. El impacto de su tecnología, en particular con su producto bioestimulante Yegún Nativa, ha quedado demostrado con un caso de éxito en la novena región de Chile, donde un productor logró un aumento de cinco toneladas en su cosecha de papas por hectárea. Este resultado no solo valida la eficacia biológica de la solución, sino que también es una prueba irrefutable de rentabilidad a largo plazo.
Comentario Paula o alguien del equipo, hablando sobre el cultivo en especial algo técnio
o del agricultor de las papas, mostrando su satisfacción (foto de productor)
Más allá de la Papa: Una gira técnica con Syngenta
Para validar el impacto de su tecnología, Myconativa realizó una extensa gira técnica por Chile en colaboración con la empresa Syngenta. El objetivo fue llevar la ciencia a la práctica, mostrando en terreno la eficacia del producto Yegún Nativa, que se basa en hongos micorrícicos nativos chilenos.
La gira visitó a productores que aplicaban el bioestimulante en una diversidad de cultivos, desde la uva de mesa en el norte hasta nogales y cerezos en la zona central y sur. Los resultados observados mostraron que los beneficios de las micorrizas no se limitan a un solo cultivo. Se documentó que el uso del producto se tradujo en plantas más vigorosas, un mejor desarrollo de follaje y un aumento en la resistencia a enfermedades y plagas.
Para garantizar la rigurosidad de los hallazgos, la gira utilizó un laboratorio móvil que permitía el análisis en tiempo real de la actividad micorrícica en las raíces. Este enfoque científico garantizó que cada suelo es un mundo, y que la interacción con los microorganismos nativos es clave para el éxito. En cultivos como nogales y uva de mesa, el mejor desarrollo de brotes y raíces se tradujo directamente en una mejora del rendimiento y la calidad de los frutos.
Una Necesidad para el Futuro Agrícola
En un futuro con mayores restricciones en el uso de fertilizantes y fitosanitarios, la adopción de estas tecnologías se perfila no como una opción, sino como una necesidad. La alianza entre la ciencia de vanguardia y la biología del suelo está sembrando las bases para una agricultura más productiva y en armonía con el medio ambiente, donde el secreto del éxito, literalmente, yace bajo nuestros pies.