La Niña se desvanece en 2025: Impactos agrícolas y climáticos en un mundo cambiante

fenómeno de la niña relacionado con agricultura
17-04-2025

Este fenómeno que trajo sequías y lluvias extremas, finalizó en 2025. Expertos anticipan un clima neutral, pero la agricultura enfrenta retos. ¿Qué nos espera?


El fenómeno de La Niña, parte del ciclo El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), se caracteriza por el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial, alterando patrones climáticos globales. A diferencia de El Niño, que calienta estas aguas y provoca lluvias intensas en América del Sur, La Niña suele generar sequías en regiones como el Cono Sur y lluvias abundantes en Australia y el sudeste asiático. Ambos fenómenos, con ciclos de 2 a 7 años, impactan significativamente la agricultura y la disponibilidad de agua. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), La Niña 2024-2025, activa desde diciembre de 2024 hasta marzo de 2025, fue excepcionalmente breve, durando solo 4 meses, frente a los 9-12 meses habituales.


En años anteriores, La Niña ha dejado huellas profundas. En 2022-2023, provocó sequías severas en Argentina, reduciendo la producción de soja y maíz hasta en un 55%, según Perla Leva, agrometeoróloga de la Universidad Nacional del Litoral. En Chile, expertos como Patricio González Colville, de la Universidad de Talca, señalaron en 2024 que La Niña agravó la “mega sequía” iniciada en 2007, afectando cultivos y forzando la racionalización del agua. En Centroamérica, Panamá reportó en 2024 rendimientos mermados de cebolla debido a lluvias prolongadas, aunque se espera una menor intensidad en 2025.


El Niño, por su parte, marcó 2023 con lluvias extremas que dañaron cosechas en Perú y Ecuador, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mientras que en Colombia causó inundaciones devastadoras. Este fenómeno impulsa temperaturas globales y eventos climáticos extremos, como huracanes más frecuentes. En contraste, La Niña de 2024 trajo heladas tardías en Chile y sequías en Argentina, afectando cultivos sensibles como el maíz, que requiere alta humedad, según Eduardo Sierra, climatólogo argentino. La transición rápida entre ambos fenómenos, exacerbada por el cambio climático, complica la planificación agrícola.


La reciente actualización de la NOAA, confirmada el 9 de enero de 2025, indica que La Niña ha finalizado y se espera un estado ENSO-neutral hasta el verano de 2025, con un 60% de probabilidad de mantenerse entre marzo y mayo. Este cambio implica una estabilización climática, pero los efectos residuales de La Niña, como suelos secos en el Cono Sur, podrían persistir. En Argentina, Sierra anticipa un posible retorno de El Niño en 2025-2026, con lluvias favorables para la región pampeana.


Para la agricultura, el panorama neutral plantea retos y oportunidades. En Chile, González recomienda tecnificar el riego y construir pequeños embalses para enfrentar la escasez hídrica, mientras que en Panamá, Lorenzo Jiménez, de la Asociación de Productores de Tierras Altas, sugiere monitorear lluvias para proteger cultivos como lechuga y apio. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) enfatiza la importancia de alertas tempranas para mitigar impactos, especialmente en regiones vulnerables. El cambio climático, que intensifica estos ciclos, exige una adaptación constante.


Expertos globales, como Ko Barrett de la OMM, advierten que el cambio climático amplifica los efectos de ENSO, alterando patrones de precipitación y temperatura. En 2025, se espera un clima más estable, pero la vigilancia es crucial. La transición a ENSO-neutral reducirá los extremos climáticos, aunque regiones agrícolas deben prepararse para variaciones locales. La comunidad científica, respaldada por datos de la NOAA y la OMM, continuará monitoreando para anticipar impactos en la agricultura y la seguridad alimentaria.


Fuentes: Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), Organización Meteorológica Mundial (OMM), Universidad de Talca, Universidad Nacional del Litoral, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).


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