Nanofertilizantes y fertilizantes en pasta: Tecnologías que revolucionan la agricultura chilena

Conversamos con Francisco Olivares, Gerente de Investigación y Desarrollo de Agri Science Chile, para conocer en detalle las soluciones innovadoras que esta multinacional está implementando en el país desde hace siete años.
"Todo lo que se aplica, se absorbe, se utiliza, y la respuesta es casi inmediata", destacó el ejecutivo sobre la eficiencia de los nanofertilizantes.
La agricultura chilena está experimentando una transformación tecnológica gracias a la implementación de fertilizantes de última generación que prometen no solo mejorar los rendimientos, sino también reducir significativamente el impacto ambiental. Agri Science Chile, filial de la multinacional jordana AgriScience Biological, lidera esta revolución con dos tecnologías innovadoras que están cambiando las reglas del juego en la nutrición vegetal.
Dos tecnologías, un objetivo: eficiencia y sustentabilidad
Según explica Francisco Olivares, Gerente de Investigación y Desarrollo de la compañía en Chile, la empresa ha introducido al mercado nacional dos tecnologías complementarias con enfoques distintos pero objetivos similares.
La primera son los Fertilizantes en pasta Fusamil-Paste, una innovación que Agri Science trajo por primera vez a Chile. "Esta es una mezcla química, no física, de elementos macroelementos NPK y trazas de microelementos como magnesio, zinc, manganeso, que permiten que la distribución sea uniforme en el lugar donde se aplica", explica Olivares.
El diferenciador clave de esta tecnología radica en su eficiencia: se aplica hasta un 70% menos de producto comparado con fertilizantes tradicionales, manteniendo o incluso superando los resultados obtenidos. Los fertilizantes se aplican directamente al suelo vía riego o pulverizadores, dirigidos específicamente a la zona radicular.
La segunda tecnología corresponde a los Nanofertilizantes Proteck Nano System, que han ganado particular reconocimiento en el sur del país. Estos productos son sometidos a un proceso físico-químico de altas temperaturas y presiones que reduce las partículas a tamaños menores a 100 nanómetros.
"Al ser partículas tan pequeñas, pueden ingresar rápidamente a la planta por los estomas, vía ectodesmatos y espacios intercelulares, sin ningún gasto de energía para la planta", detalla el ejecutivo. Esta característica permite aplicaciones foliares de alta eficiencia con absorción casi inmediata.
El factor Nestlé: Compromiso con la reducción de emisiones
Un ejemplo concreto del impacto de estas tecnologías se evidencia en el convenio establecido con Nestlé. La multinacional alimentaria, comprometida globalmente con la reducción del impacto ambiental de sus proveedores, ha encontrado en los nanofertilizantes una solución efectiva.
"Nestlé busca que los productos que usen sus proveedores tengan la menor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero", explica Olivares. El acuerdo permite que dos litros de NanoEnergy reemplacen hasta 200 kilos de urea en dos aplicaciones anuales específicas, reduciendo significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Beneficios tangibles para el agricultor
Los resultados obtenidos con ambas tecnologías van más allá de la eficiencia nutricional. En el caso de los fertilizantes en pasta, Olivares destaca que se logra "un desplazamiento hacia calibres de mayor tamaño, fruta más firme, con mejor condición de viaje y mejor coloración".
Para los nanofertilizantes, los beneficios incluyen aumentos en rendimientos de cereales y, en el caso específico del nanomolibdeno, una mejor formación del tubo polínico que resulta en mayor cantidad de semillas.
Los aspectos económicos también son relevantes: menores volúmenes de producto significan reducción en costos operativos y logísticos. "200 kilos de Fusamil equivalen a 2.000 kilos de fertilizante en saco", ejemplifica Olivares, lo que implica menor requerimiento de maquinaria para transporte y aplicación.
Guía de uso para el sur: Momentos clave de aplicación
Francisco Olivares explica cómo los agricultores de las regiones de Los Ríos, Los Lagos y La Araucanía deben utilizar correctamente los nanofertilizantes. Es claro al señalar que "el producto es un complemento de la urea, no un reemplazo total".
Olivares identifica dos momentos específicos del año donde los nanofertilizantes muestran su máxima efectividad. El primero es durante el invierno, cuando las bajas temperaturas del suelo y la alta humedad generan condiciones de anoxia. "La urea simplemente no funciona ahí, en ese caso, el nanofertilizante funciona muy bien porque se absorbe vía aérea", explica.
El segundo momento clave es durante el verano, específicamente desde octubre hasta enero. Olivares detalla que "si uno aplica urea, va a estar ahí dos meses porque por la temperatura no se va a absorber, y se va a volatilizar, contaminando el medio ambiente". En contraste, el nanoenergía es rápidamente absorbido y genera mayor producción de materia seca.
El experto enfatiza que estos productos permiten "bajar dosis o kilos de urea en el año, pero máximo dos veces en el año", posicionándolos como herramientas de complemento estratégico en momentos donde la fertilización tradicional pierde eficiencia.
Una visión de futuro
Con presencia en Norte de África, Europa, América del Norte y Chile como puerta de entrada a Sudamérica, AgriScience Chile representa una apuesta por la agricultura de precisión que equilibra productividad, calidad y sustentabilidad ambiental.
La empresa, que lleva siete años en el mercado nacional, continúa expandiendo el uso de estas tecnologías que prometen revolucionar las prácticas agrícolas tradicionales, ofreciendo al agricultor chileno herramientas para enfrentar los desafíos del siglo XXI en producción de alimentos.