Desperdicio de alimentos: un reto urgente para el agro y la sostenibilidad

07-08-2025

Agosto es el Mes del Desperdicio de Alimentos en GreenNetwork, y en esta edición analizamos cómo este problema impacta de lleno en el sector agroalimentario y qué se está haciendo para reducirlo.


La Pérdida y el Desperdicio de Alimentos (PDA) es uno de los desafíos más graves de nuestro tiempo: cerca de un tercio de la comida producida en el mundo no se consume, según la FAO, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas de alimentos al año y alrededor del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.


Este fenómeno tiene implicancias éticas, sociales y ambientales. Mientras 733 millones de personas padecen hambre, millones de toneladas de alimentos terminan en vertederos, generando metano y desaprovechando los recursos empleados en su producción: agua, tierra, energía y trabajo. En América Latina y el Caribe, cada año se pierden 220 millones de toneladas, equivalentes al 11,6% de lo producido, con un costo estimado de 150 mil millones de dólares.


En Chile, un estudio de la Universidad de Las Américas estima que se pierden 5,2 millones de toneladas de alimentos anualmente, y que el 68% de las frutas y verduras producidas quedan fuera del consumo. 


El agro en el centro de la solución


La industria agroalimentaria juega un rol clave para revertir esta tendencia. La mayor parte de las pérdidas ocurre en las primeras etapas de la cadena: producción, cosecha, postcosecha y almacenamiento. En el caso de Chile, el Programa Cero Pérdidas de Materias Primas en la Agroindustria Hortofrutícola estima que hasta un 45% de la producción puede perderse entre el campo y el procesamiento, dependiendo del rubro.


Para enfrentar este desafío, diversas iniciativas nacionales están alineando esfuerzos. La Comisión Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, coordinada por ODEPA y con participación de la FAO, INIA, Achipia y otros actores, busca articular políticas públicas, promover investigación y difundir buenas prácticas.


Ejemplo de ello es la Guía para prevenir y reducir la pérdida de frutas y hortalizas, que entrega recomendaciones a productores para minimizar pérdidas desde la cosecha hasta el primer transporte.


El sector privado también avanza en soluciones innovadoras, desde tecnologías de inteligencia artificial para optimizar inventarios, hasta aplicaciones que permiten vender productos cercanos a su fecha de vencimiento a menor precio. En el ámbito internacional, la activista y directora de ReFED, Dana Gunders, recuerda que “el desperdicio alimentario tiene un impacto ambiental enorme: su huella de gases de efecto invernadero es cinco veces mayor que la de toda la industria de la aviación” y que cada persona puede reducirlo cambiando hábitos simples: planificar compras, almacenar correctamente y reutilizar sobras.


Con la Estrategia Nacional para Prevenir y Reducir las Pérdidas y el Desperdicio de Alimentos proyectada al 2040, Chile busca ordenar y potenciar sus esfuerzos, unificando a actores públicos y privados para reducir impactos y mejorar la seguridad alimentaria. En el agro, este desafío no sólo significa evitar pérdidas: es una oportunidad para producir de forma más eficiente, disminuir la presión sobre los recursos naturales y avanzar hacia un sistema alimentario sostenible.


Súmate este mes al compromiso de GreenNetwork contra el desperdicio de alimentos y seamos parte de la solución.





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