Cinco tecnologías que están cambiando la eficiencia energética en el agro

09-07-2025

Conoce las tecnologías que están transformando la eficiencia energética en el agro y permiten producir más con menos, de forma sostenible.


En medio de una creciente presión por producir más con menos, el sector agrícola está abrazando la eficiencia energética como una herramienta clave para enfrentar los desafíos del cambio climático, el encarecimiento de la energía y la escasez hídrica. Tecnologías que hace una década eran consideradas futuristas hoy están siendo implementadas con resultados concretos.


Desde sensores inteligentes hasta sistemas solares instalados sobre los cultivos, la innovación energética avanza en el campo con el respaldo de datos medibles, reducciones reales en consumo de recursos y un impulso creciente desde políticas públicas y financiamiento verde. En este contexto, destacaremos cinco tecnologías que están marcando un antes y un después en la forma de producir alimentos de manera más limpia y eficiente.


Paneles solares: energía limpia sobre el campo

Los sistemas fotovoltaicos se han convertido en una de las soluciones más visibles y efectivas para reducir la dependencia de la red eléctrica convencional en predios agrícolas. Su instalación permite abastecer el consumo energético de bombas de riego, galpones de postcosecha, cámaras de frío y sistemas de automatización, entre otros. Además de reducir las cuentas de electricidad, los paneles solares entregan mayor autonomía energética, algo especialmente valorado en zonas rurales con acceso limitado o costoso a la red.


Una variante en expansión es la agrivoltaica, una tecnología que integra la generación de energía solar con la producción agrícola en una misma superficie. Países como Japón, Alemania, Francia y Estados Unidos han demostrado que este modelo no solo optimiza el uso del suelo, sino que también reduce la evaporación y atenúa la temperatura bajo los paneles, creando condiciones más favorables para ciertos cultivos. Según el estudio "Techno‑economic and environmental optimization of agrivoltaics: A case study of Cornell University", estos sistemas pueden disminuir la pérdida de agua del suelo entre un 14% y un 29%, dependiendo del tipo de cultivo y las condiciones climáticas.


Sensores de humedad y clima: decisiones con datos


El riego agrícola es uno de los principales consumidores de energía en el agro. En ese sentido, el uso de sensores de humedad del suelo, estaciones meteorológicas automatizadas y sistemas de telemetría está permitiendo tomar decisiones de riego más precisas y eficientes. Estas tecnologías permiten conocer con exactitud cuándo y cuánta agua aplicar, evitando riegos innecesarios y reduciendo tanto el gasto hídrico como el energético.


En Chile, por ejemplo, la Comisión Nacional de Riego (CNR) ha financiado proyectos en regiones, como Ñuble, que han logrado reducir el consumo energético en riego hasta en un 80%, al combinar tecnologías de monitoreo, motores eficientes y riego por goteo subterráneo. A nivel global, diversas startups han desarrollado sensores conectados a través de redes LoRa o NB-IoT, capaces de integrarse con sistemas de gestión agrícola para automatizar el riego y registrar datos históricos que permiten optimizar aún más los recursos.


Motores y bombas de alta eficiencia: reemplazo que se paga solo


Uno de los cambios más rentables en términos de eficiencia energética es la sustitución de equipos antiguos por motores y bombas eléctricas de alta eficiencia, que operan con menor consumo sin perder potencia. Estos sistemas, al incorporarse con variadores de frecuencia y sensores de presión, ajustan automáticamente su funcionamiento a las necesidades reales del sistema, evitando el desperdicio de energía.


El retorno de inversión de estos equipos suele ser rápido, especialmente en zonas donde el riego mecánico representa un porcentaje significativo del gasto operativo. Además, existen programas públicos y privados de apoyo a la inversión en eficiencia energética que permiten financiar parte de estos cambios, lo que ha acelerado su adopción en predios de mediana escala.


Automatización en invernaderos: más control, menos consumo


Los invernaderos modernos ya no dependen exclusivamente del manejo manual. Actualmente, existen sistemas de automatización climática que permiten regular en tiempo real la temperatura, humedad, ventilación y luminosidad interior, utilizando sensores conectados a sistemas de control computarizado. Esto no solo mejora las condiciones para el desarrollo de los cultivos, sino que también reduce significativamente el uso de energía, al operar de manera más precisa y con menor margen de error.


Además, en muchos casos se están utilizando fuentes de energía limpia, como paneles solares, para alimentar estos sistemas. Proyectos en Europa han demostrado que los invernaderos con automatización y eficiencia energética pueden reducir su consumo eléctrico hasta un 50% en comparación con sistemas tradicionales.


También se ha avanzado en soluciones de iluminación LED específica para horticultura, que no solo consumen menos energía, sino que permiten ajustar el tipo de luz a las necesidades del cultivo, mejorando su desarrollo y reduciendo la duración de los ciclos productivos.


Monitoreo y control del consumo: datos al servicio de la sostenibilidad


El uso de plataformas digitales para monitorear el consumo energético en tiempo real está permitiendo a los agricultores tener una visión más clara de dónde se producen los mayores gastos y cómo optimizarlos. Estas herramientas permiten detectar fugas, consumos anómalos o patrones de uso ineficientes que, corregidos a tiempo, pueden representar ahorros significativos.


Este tipo de monitoreo no solo se aplica al consumo eléctrico, sino también al uso de combustible en maquinaria, agua, y otros insumos energéticos. Es el primer paso para una gestión energética integral, uno de los pilares de la agricultura sostenible que se está impulsando desde organizaciones como la FAO y el IICA en América Latina.


La eficiencia energética ya no es una aspiración lejana, sino una realidad posible y en marcha. Estas tecnologías, que hace unos años parecían reservadas para grandes productores, hoy están siendo implementadas por medianos y pequeños agricultores gracias a la baja en sus costos, la mayor disponibilidad de servicios técnicos y el acceso a líneas de financiamiento público y privado. El agro no solo tiene el desafío de alimentar a una población creciente, sino también el de hacerlo de manera sostenible. En esa tarea, la eficiencia energética no es una opción, es una estrategia clave.





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