Seguridad Agroalimentaria: el desafío global que nace en el campo
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Octubre es el mes dedicado a la seguridad alimentaria en GreenNetwork, un tema que nos invita a reflexionar sobre los desafíos globales para garantizar alimentos seguros, sostenibles y accesibles, y sobre la importancia de la cooperación entre productores, autoridades y la sociedad para fortalecer los sistemas alimentarios.
La seguridad agroalimentaria ya no es solo una meta técnica o un concepto de políticas públicas: es una urgencia que atraviesa fronteras y pone a prueba la capacidad del planeta para alimentarse de manera justa y sostenible. En tiempos de crisis climática, alzas de precios y pérdida de biodiversidad, garantizar alimentos seguros y nutritivos se ha vuelto una tarea global que empieza, inevitablemente, en el campo.
En este escenario, distintos países buscan fortalecer sus sistemas alimentarios desde la cooperación y la acción conjunta. Uno de los hitos más relevantes de este año será el I Foro Parlamentario Iberoamericano y Caribeño por la Seguridad Alimentaria, que se realizará entre el 22 y el 24 de octubre de 2025 en el Senado de México. Este encuentro histórico, impulsado por la FAO y el Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe (FPH-ALC), marcará el nacimiento de la Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña por la Seguridad Alimentaria, una iniciativa sin precedentes que busca articular la cooperación legislativa regional para transformar los sistemas agroalimentarios frente al hambre, la malnutrición y el cambio climático.
El Foro nace en un contexto crítico. Según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024, más de 182,9 millones de personas en América Latina y el Caribe no pueden costear una dieta saludable, lo que convierte a la región en la de mayor costo de acceso a alimentos nutritivos del planeta. A la par, el 29,9% de la población adulta vive con obesidad, y un 8,6% de los niños y niñas presenta sobrepeso, cifras que evidencian una doble carga nutricional: hambre y malnutrición coexistiendo en territorios fértiles y productivos.
Estos datos confirman que la región vive una paradoja urgente: produce alimentos para el mundo, pero no logra garantizar dietas saludables y seguras para todos sus habitantes. De ahí la importancia de avanzar hacia políticas regionales que promuevan sistemas agroalimentarios más justos, sostenibles y resilientes, donde el trabajo conjunto entre gobiernos, productores y ciudadanía sea la base para transformar la forma en que cultivamos, distribuimos y consumimos nuestros alimentos.
Chile: avances concretos hacia una seguridad alimentaria sostenible
En este entramado regional, Chile avanza con pasos firmes gracias a su Estrategia Nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria (ENSSA), liderada por el Ministerio de Agricultura. A dos años de su implementación, la estrategia ha articulado a 55 instituciones y desplegado más de 80 medidas que fortalecen la producción nacional, la comercialización justa y el acceso a alimentos saludables.
Desde el Ministerio de Agricultura destacaron que la estrategia busca reafirmar el compromiso del Estado con un sistema alimentario justo, resiliente y sostenible, poniendo en el centro a las personas, especialmente a quienes producen, distribuyen y garantizan el alimento día a día. Entre los avances concretos se incluyen la tramitación de la Ley SIGESS, la modernización de INDAP con apoyo del BID y la creación de un programa nacional de vigilancia y control sanitario en conjunto con el SAG.
La estrategia también promueve prácticas agroecológicas sostenibles, la protección de la apicultura, el acceso equitativo al riego y el fortalecimiento de ferias libres y mercados campesinos, fundamentales para acercar la producción local a las familias. Desde la FAO en Chile, su representante Eve Crowley ha subrayado que este enfoque permite identificar los alimentos esenciales para asegurar la seguridad alimentaria y nutricional del país, destacando la coordinación interministerial como un ejemplo de gobernanza efectiva: “Ahora esta estrategia no solo enfrenta la inseguridad alimentaria tan grave aquí, que es ahora de 3,4 millones de personas con inseguridad alimentaria moderada o grave, sino también mira el tema del costo asequible de los alimentos saludables y trata de abordarlo de forma intersectorial”.
A nivel nacional, la articulación entre el Estado, la academia y la sociedad civil también se refleja en programas como Ecomercados, Microbancos de Alimentos y el indicador Mejores Alimentos de Temporada, que fortalecen la educación alimentaria y el acceso equitativo a productos frescos. Estas acciones no solo enfrentan la inseguridad alimentaria presente en el país, sino que además contribuyen a la transición hacia una agricultura más sostenible y adaptada al cambio climático.
Hacia una seguridad alimentaria con rostro humano
Garantizar alimentos seguros no depende de una sola política, sino de un sistema completo que integre inocuidad, trazabilidad, límites de residuos y cadena de frío. Instituciones como ACHIPIA han puesto en marcha metodologías de análisis de riesgos en inocuidad agroalimentaria, un enfoque basado en evidencia científica que permite anticipar y mitigar amenazas a la salud pública. Este tipo de herramientas, comunes en agencias como la EFSA en Europa o la FDA en Estados Unidos, son hoy indispensables para reforzar la confianza del consumidor y elevar los estándares de producción en América Latina.
La seguridad agroalimentaria, sin embargo, no puede abordarse solo desde la técnica o la regulación: requiere conciencia, corresponsabilidad y voluntad política. Implica proteger la salud, pero también el trabajo de quienes producen y el equilibrio de los ecosistemas que hacen posible nuestra alimentación.
En GreenNetwork creemos que hablar de seguridad agroalimentaria es hablar del futuro. No hay desarrollo sostenible sin alimentos seguros, ni alimentos seguros sin suelos sanos y productores protegidos. La región cuenta con el conocimiento, la diversidad y la fuerza humana para liderar la transformación de los sistemas alimentarios. El desafío está en mantener viva la cooperación que une a los territorios y sus pueblos: desde la semilla hasta la mesa, y desde la política hasta la conciencia.