Planta ANASAC Lampa: Modelo de sostenibilidad industrial en el corazón agrícola de Chile

16-06-2025

GreenNetwork fue invitado a la planta ubicada en la Región Metropolitana, para conocer avances en materia de ahorro de agua, manejo de residuos y valorización de su personal mediante la capacitación.

La planta que convirtió un desafío operacional en liderazgo sustentable


En el sector de Noviciado, comuna de Lampa, se alza una de las plantas industriales más importantes del sector agrícola chileno. Lo que comenzó como un proyecto pionero en una zona prácticamente despoblada, hoy se ha convertido en el principal centro de producción del grupo ANASAC y en un modelo de gestión sustentable que se replica en toda la región.


"La planta fue pionera en el lugar donde se construyó el año 2003, era casi la única planta que había en su momento en el sector. Hoy día ya estamos más acompañados principalmente por centros de distribución alrededor, pero aún quedan comunidades de pequeños agrícolas y también personas como de vivienda", explica Patricio González Aguilar, Subgerente de Planta de ANASAC.


Esta proximidad con comunidades residenciales no es un detalle menor. La planta produce agroquímicos y está literalmente rodeada de hogares, lo que desde un inicio planteó la necesidad de operar con los más altos estándares ambientales y sociales. Algo que en la actualidad es una realidad.



Un gigante de la protección de cultivos


Las cifras de la planta ANASAC Lampa son impresionantes. Con 130 trabajadores activos y una capacidad que puede llegar a 160 personas incluyendo contratistas y proveedores, la instalación produce 170 tipos de productos diferentes: 60 fungicidas, 40 insecticidas, 30 fertilizantes foliares y reguladores de crecimiento, 25 herbicidas, 11 productos de área verde y jardín, además de acaricidas y aceites especializados.


"Nosotros tenemos principalmente cuatro tipos de stakeholders o interesados en esto, que son por un lado los accionistas, los clientes, nuestros colaboradores, pero también la sociedad", detalla González, evidenciando una visión integral que va más allá del negocio tradicional.


La planta no solo abastece el mercado nacional. Sus productos llegan a toda Latinoamérica: Perú, Colombia, Guatemala, México, República Dominicana, Panamá, Nicaragua, Honduras, Ecuador y Bolivia. Además, desarrolla proyectos para exportar a Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.


Su ubicación estratégica en Lampa no es casualidad. "Estamos a distancias super similares, medio equidistantes con respecto a los puntos principales de entrega", señala el subgerente, refiriéndose a los puertos de Valparaíso y San Antonio para exportaciones, y al centro de distribución de Requínoa.



El desafío de la diversidad productiva


La variedad de productos que maneja la planta presenta un desafío único en términos de sustentabilidad. El compromiso de "cero contaminación cruzada" entre productos obliga a realizar limpiezas exhaustivas cada vez que se cambia de un producto a otro.


"Si nosotros nos quedamos con esta visión de la planta, de tener muchos productos terminados, sin hacer innovación y sin tener el concepto de sustentabilidad y ahorro hídrico o eficiencia hídrica de la planta, nosotros podríamos tener básicamente acá una planta anti-sostenibilidad", reconoce González Aguilar con franqueza.


Era precisamente este riesgo el que motivó la transformación sustentable que hoy convierte a la planta en un referente.


La planta opera bajo rigurosos estándares internacionales. Cuenta con certificaciones ISO 9001:2015, HACCP, Conducta Responsable y Acuerdo de Producción Limpia. Su sistema de gestión integral controla todos los procesos desde la recepción de materia prima hasta la distribución, garantizando la trazabilidad completa.


"Nosotros tenemos un compromiso de la planta, que la planta, el principal compromiso en términos de calidad, es obtener cero contaminación cruzada entre sus productos, que es un valor bien preciado en el mundo agro", enfatiza González.



Revolución en gestión hídrica


Nicolás Rojas, del área de sustentabilidad de ANASAC, fue parte de la implementación de indicadores que transformaron la operación. "Nosotros hicimos un levantamiento en un principio de dos indicadores principales para la planta, por una parte tenía que estar el consumo hídrico de la planta y por otro lado tenía que estar la generación de residuos industriales líquidos, los RILs", explica.


Los resultados son contundentes. Entre 2022 y 2024, la planta redujo su consumo hídrico de 40 millones de litros anuales a 33 millones, "Los 7 millones de litros menos de agua están asociados básicamente a la gestión y la innovación en nuevos procesos y automatización de los lavados de la planta", detalla Rojas.


Una de las innovaciones más destacadas fue la implementación de una planta de tratamiento de aguas grises. "Un porcentaje importante de las áreas verdes de la planta son regadas por goteo de agua que genera esta planta de agua. O sea, es agua reutilizada", explica el especialista.



Economía circular en acción


El manejo de residuos experimentó una transformación radical. En 2021, la planta reciclaba el 59% de sus desechos sólidos. Para 2024, esta cifra alcanzó el 80%.


"El 80% de los residuos de la planta hoy día están siendo reciclados y se creó todo un sistema dentro de planta para lograr que los desechos generados por la planta, por la producción y por el normal trabajo que se realiza acá, podamos recuperar ya hoy en día el 80% de los materiales que se ocupan", detalla Rojas.


El impacto va más allá de los números. "Nosotros antes teníamos una tasa de 12 camiones al mes que iban al vertedero, 3 por semana y el día bajó a 1", señala, destacando la reducción en transporte y emisiones asociadas.



Seguridad: De la crisis a la excelencia


Quizás el indicador más dramático de la transformación sea la seguridad laboral. En 2015, la planta registraba una tasa de siniestralidad de 163,59 puntos, equivalente a 335 días perdidos anuales por accidentes laborales.


"Imagínate, 335 días perdidos al año. O sea, teníamos casi que una persona al tiro todo el año fuera por accidente", recuerda Rojas. Para 2024, esta cifra se redujo a 1,54 puntos.


"Llevamos 2 años de reconocimiento, y los últimos 2 años han sido los mejores en la historia de la planta en términos de seguridad", agrega, destacando los reconocimientos recibidos de la Asociación Chilena de Seguridad.



Clima laboral: de la supervivencia a la excelencia


La transformación también alcanzó el ambiente laboral. Las encuestas de clima organizacional muestran una evolución notable: de 71 puntos en 2022 (zona de riesgo) a 84 puntos en 2024 (zona virtuosa).


"Hoy ya no tenemos personas haciendo trabajo básico, eso es súper importante. Es todo parte de un proceso que se llama implementación de mejora continua", explica Rojas.


La metodología es participativa: "Tenemos reuniones mensuales de indicadores en los cuales se junta toda la planta, paramos un rato toda la planta, y nos juntamos a informar indicadores de sostenibilidad, de seguridad, de productividad, de calidad, etc., y discutimos las 130 personas una vez al mes"



Metodología de gestión integral


El éxito del modelo radica en una metodología clara y replicable. "Todo lo que se mide se hace gestión. Si no, mejor no lo midamos", sentencia Rojas, explicando la filosofía detrás de los 31 indicadores que maneja actualmente la planta.


Estos indicadores se organizan en seis dimensiones: productividad, seguridad, costos, calidad, moral y entrega. "Nosotros la base es cosa que medimos, cosa que vamos a trabajar y hacer gestión sobre eso. Si no, no tiene mucho sentido", agrega.
El ciclo de gestión es sistemático: medir, establecer metas, identificar brechas y ejecutar planes de trabajo. "Tenemos ciclos en los cuales nos sentamos y decimos ya, oye, medimos el resultado del año anterior. ¿Cómo estuvimos con respecto a la meta?", describe Rojas.


Proyección regional


La planta de Lampa no opera en solitario. Forma parte de una red que incluye instalaciones en China, Argentina, y otras plantas chilenas en Lautaro y San Bernardo, además de centros de distribución en Perú, Colombia, México y otros países latinoamericanos.


"Esta planta es la más importante del grupo, la que genera la mayor cantidad de volumen y y donde se implementa un modelo para afianzarlo. Primero como piloto, afianzamos el modelo, y después vamos a replicar a otras plantas", explica González, evidenciando la ambición de escalar el modelo sustentable.



Visión de futuro


La estrategia está clara. "Entregar productos y servicios que generen mayor valor para nuestros clientes, accionistas, colaboradores y la sociedad".


Y la visión es ambiciosa: "Ser reconocidos por la excelencia en la gestión de operaciones, movilizando diferentes actores para la innovación, desarrollo y el aumento de la competitividad".


"Nosotros queremos ser competitivos y queremos actuar con la innovación, pero sin olvidar el concepto de la sustentabilidad", concluyó.


La planta ANASAC Lampa demuestra que la sostenibilidad industrial no es solo posible, sino rentable y replicable. En un sector donde la eficiencia y la calidad son críticas, ha logrado demostrar que el cuidado ambiental, la excelencia operacional y el bienestar de las personas pueden y deben ir de la mano.


El modelo está listo para su expansión regional. Los próximos años dirán si otras plantas del grupo pueden replicar esta transformación que convirtió un potencial problema ambiental en una historia de éxito sustentable.


En la foto: Patricio González Aguilar, Subgerente de Planta ANASAC y Nicolás Rojas, Sostenibilidad

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