Medir para avanzar: El impacto ambiental del REC 2025 y la importancia de planificar eventos sostenibles

El estudio del REC 2025 midió 11 mil toneladas de CO₂, evidenciando la necesidad de sistemas de planificación para reducir la huella y avanzar en la sostenibilidad de eventos masivos.
La medición del impacto ambiental en eventos masivos es una herramienta fundamental para avanzar hacia prácticas más sostenibles. Un ejemplo destacado en Chile es el estudio realizado sobre el Festival REC 2025, considerado el evento musical más masivo del sur del país. La Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) encabezó una investigación sin precedentes en el país, en la que se utilizó una serie de metodologías innovadoras para calcular con precisión la huella de carbono generada por esta edición.
El análisis incluyó la aplicación de encuestas en terreno a más de 1.200 asistentes, apoyadas por un equipo de 20 encuestadores, que recopilaron información acerca de sus hábitos de movilidad, medios de transporte utilizados y lugares de origen. Además, se realizó un minucioso monitoreo del transporte aéreo de los artistas, considerando vuelos nacionales e internacionales, y se midieron también el consumo energético en el evento a través de analizadores específicos en los equipos de sonido, iluminación y otras infraestructuras. Se documentó además el uso de generadores y tipos de combustibles empleados durante los dos días de actividad.
Gracias a la recopilación de todos estos datos, la UCSC logró estimar que la huella total del evento fue de aproximadamente 11.000 toneladas de CO₂ equivalente. Esto equivale a una emisión cercana a los 30 kg de CO₂ por asistente, considerando la participación de cerca de 360.000 personas. La principal fuente de emisiones fue el transporte de los asistentes, seguido por la generación de residuos y consumo energético.
Este hallazgo confirma la importancia de establecer sistemas de medición y planificación para los futuros eventos. La identificación del transporte como principal generador de emisiones abre la puerta a implementar estrategias como el incentivo al transporte colectivo, el uso de trenes y otras soluciones sostenibles. Además, la medición de este impacto permite a los organizadores y autoridades diseñar políticas públicas y acciones concretas que reduzcan la huella ambiental, promoviendo eventos más responsables y conscientes del medio ambiente.
Los resultados de este estudio marcan un precedente valioso. No solo evidencian el impacto económico y social de los grandes eventos, sino que también destacan la necesidad de adoptar una cultura de medición y planificación. Desde una feria agrícola, un webinar, hasta un concierto masivo, todos los tipos de evento tienen la oportunidad de medir su impacto y mejorar continuamente sus prácticas sostenibles.
Con la tecnología y metodologías actuales, medir el impacto ambiental ya no es una tarea exclusiva de grandes empresas o instituciones, sino algo accesible y fundamental para avanzar en un país más responsable y respetuoso con el medio ambiente. La clave está en empezar, en hacer la primera medición, y usar esa información para trazar un camino hacia una gestión más sostenible en todos los ámbitos de la organización de eventos.