En el mundo, la manera en que se gestionan los recursos utilizados por empresas de distinta índole, en diversas industrias, está cambiando. En particular, el uso de plásticos está enfocado cada vez más a la reutilización de productos y a minimizar, tanto como sea posible, el desperdicio de estos. Según un informe de Closed Loop Partners, se espera que para 2030 la demanda de plástico reciclado aumente hasta un 300%, en comparación con los niveles actuales, lo que da cuenta de la relevancia de esto.
¿Pero cuál es la responsabilidad de las empresas frente a este escenario? Cumplir con la normativa y gestionar los desechos plásticos es lo primero. En conversación con Delsantek, ahondamos sobre esta temática, enfatizando en lo crucial que es “evitar el depósito de más toneladas de plástico en vertederos, y trabajar activamente para que cada kilogramo de plástico sea recuperado y reutilizado”.
Para contextualizar, lo que sucede a nivel internacional es similar a lo que pasa en nuestro país. En California, Estados Unidos, por ejemplo, una nueva ley estipula que a partir de 2028, los productores de ciertos envases y plásticos de un solo uso, deberán incorporar un mínimo del 30% de material reciclado -lo que aumentaría en un 65% para 2032–. En Chile, la Ley 20.920 establece el marco para la gestión de residuos, la responsabilidad extendida del productor (REP) y el fomento al reciclaje. Conocida como la Ley REP, esta legislación es un pilar fundamental para el manejo sostenible de residuos en el país, obligando a los productores a responsabilizarse del ciclo de vida completo de sus productos, especialmente en lo que respecta a la recolección y tratamiento de productos desechados.
“Recycla”
De esta manera, y bajo el compromiso de contribuir con un planeta más limpio, es que nace “Recycla”, iniciativa de la empresa que busca prolongar la vida útil de los materiales y productos, reutilizando y reciclando éstos, obteniendo nuevas materias primas y evitando su abandono, extendiendo así su trascendencia en el tiempo.
Esta idea, claro, no surge de la nada, sino que se enmarca en la visión de la empresa y su alineamiento con la Economía Circular que considera, además de la economía, la responsabilidad social y el cuidado e impacto ambiental.
“La economía circular incorpora prácticas de responsabilidad social empresarial y representa un nuevo paradigma de producción y consumo que se centra en optimizar los recursos y minimizar los residuos generados”, nos explican desde Delsantek. “Este modelo económico, sostenible y sustentable, busca reducir las huellas ecológicas a través de acciones como el reciclaje y la reutilización de productos, prácticas que ya estamos implementando. Expresado de otra manera, nuestro modelo se enfoca en maximizar el aprovechamiento de los recursos disponibles, asegurando que permanezcan en el ciclo productivo el mayor tiempo posible. A través de una alianza estratégica con uno de nuestros socios, hemos logrado crear subproductos como pallets de plástico reciclado, envases y eco ladrillos, entre otros.”
Reduciendo la huella hídrica y de carbono
Intrínsecamente, la misión de “Recycla” tiene además otro objetivo final, que es reducir la huella de carbono e hídrica de quienes son parte de la iniciativa. En concreto, los clientes de Delsantek pueden recibir un certificado de disposición final, el cual garantiza la cadena de suministro y contrarresta el escepticismo de los consumidores mediante la verificación de las afirmaciones sobre el contenido reciclado.
“Como su nombre lo indica, la disposición adecuada de residuos plásticos es un tema de vital importancia, dado que el manejo inadecuado de estos materiales puede tener consecuencias graves para el medio ambiente y la salud humana. El plástico es un material versátil y duradero que, aunque útil, representa un desafío ambiental significativo debido a su lenta degradación, la cual puede prolongarse cientos de años. Esta durabilidad conlleva a su acumulación en vertederos y en entornos naturales, generando problemas a largo plazo. Al ser estos certificados documentos formales, proporcionamos a nuestros clientes la seguridad de que sus materiales, una vez cumplido su ciclo de vida, han sido adecuadamente recepcionados y sometidos a un tratamiento y/o disposición final apropiados. Este proceso es esencial para motivar a un número creciente de personas y empresas a unirse al esfuerzo de reciclaje día tras día”.
Cada kilogramo cuenta…
En sus proyectos, Delsantek le da una segunda vida útil a plásticos como la rafia, que es clasificada como PEAD (Polietileno de alta densidad, número 2). Estos materiales son reutilizados para fabricar productos tan comunes y demandados como maceteros, bolsas de basura, contenedores de basura, y botellas de detergente, entre otros. Por otro lado, el film reciclado, o PEBD (Polietileno de baja densidad, número 4), se utiliza principalmente para fabricar zunchos, mobiliario como mesas y sillas, basureros, y se mezcla como materia prima para la obtención de otros productos derivados del reciclaje, como la madera plástica.
Esto, que a simple vista podría ser una acción más, es clave para el cuidado de nuestro planeta pues, por cada kilo de plástico que se recicla, se evita la emisión de aproximadamente 1.5 KG de CO2 en la atmósfera, que como sabemos, es una de las principales causas del calentamiento global por las grandes concentraciones que se registran hoy en día y que, en gran medida, se deben a la actividad humana.
“Hemos notado que nuestros clientes también necesitan reciclar otros tipos de desechos que se acumulan con el tiempo en sus instalaciones, tales como cartones, líneas de riego, y clamshells, entre otros. Por lo tanto, también ofrecemos servicios de reciclaje para estos productos”. Por esta misma razón, la cadena de necesidad de reciclaje es cada vez más extensa y se ha instalado para quedarse y ayudar a combatir una de las principales problemáticas de la actualidad.
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