Protección de cultivos contra heladas: métodos y recomendaciones técnicas
Las heladas representan una de las mayores amenazas para la agricultura en Chile, afectando gravemente la producción de frutas, verduras y otros cultivos. En conversación con Patricio González, agroclimatólogo de […]
Las heladas representan una de las mayores amenazas para la agricultura en Chile, afectando gravemente la producción de frutas, verduras y otros cultivos. En conversación con Patricio González, agroclimatólogo de la Universidad de Talca, estar preparado y reaccionar adecuadamente es crucial para mitigar los daños.
Una de las primeras medidas que recomendadas por el especialista, es el monitoreo constante de las condiciones climáticas. Los agricultores deben estar atentos a los pronósticos del tiempo y a las alertas de heladas, utilizando aplicaciones y servicios meteorológicos especializados que proporcionan datos precisos y en tiempo real. Este monitoreo permite a los agricultores anticipar y planificar sus acciones con mayor eficacia.
En cuanto a las estrategias de protección, González sugiere el uso de coberturas y barreras. Las mallas antiheladas y las cubiertas plásticas pueden proteger los cultivos más sensibles, creando una barrera física que reduce el impacto del frío. También es útil el riego por aspersión durante la noche, ya que el agua al congelarse libera calor, manteniendo la temperatura de las plantas por encima del punto de congelación.
Otra técnica mencionada es el uso de calefactores o sistemas de calefacción en los huertos. Estos dispositivos pueden aumentar la temperatura alrededor de los cultivos, proporcionando una defensa adicional contra las heladas. Asimismo, las barreras de viento, como setos o cortinas de árboles, pueden reducir la velocidad del viento y minimizar la pérdida de calor.
González enfatiza la importancia de la preparación y la reacción rápida. «No se puede esperar a que la helada ocurra para actuar. La preparación debe ser constante y las medidas preventivas deben estar siempre listas para implementarse», afirma. Además, señala que es vital tener un plan de contingencia claro, que incluya acciones específicas y responsabilidades definidas para cada miembro del equipo agrícola.
Pero, ¿qué pasa con las políticas públicas en este sentido? ¿Qué estrategias se han, o deberían ser aplicadas?
En cuanto a la responsabilidad del área pública, González destaca que las instituciones gubernamentales deben proporcionar apoyo a los agricultores, no solo a través de alertas tempranas y pronósticos precisos, sino también mediante programas de capacitación y asistencia técnica. «El Estado tiene un papel fundamental en la protección de la agricultura frente a las heladas. Deben existir políticas públicas que fomenten la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y métodos de protección», señala.
Además, es esencial que las autoridades faciliten el acceso a recursos y subsidios que permitan a los agricultores implementar las medidas necesarias para proteger sus cultivos. Esto incluye la provisión de equipos y materiales, así como el apoyo financiero para aquellos que no tienen los medios para adquirirlos por sí mismos.
En resumen, el manejo de las heladas en la agricultura chilena requiere una combinación de monitoreo constante, implementación de técnicas de protección adecuadas y un sólido apoyo del área pública. Como concluye González, «la clave está en la preparación y en la colaboración entre los agricultores y las instituciones para enfrentar juntos este desafío climático«.
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