Por: Juan José Donoso, Director Técnico Drops Consultores.
La norma Tier 4 es una regulación elaborada por el Ministerio del Medio Ambiente, que fue publicada en 2021 y entró en vigor después de un periodo de adaptación de 24 meses. Así como existen las normas Euro de la 1 a la 6 para vehículos que circulan en las vías, hay un símil que es la Tier, y se exigirá el cumplimiento de su versión 4 en Chile a partir del mes de octubre para los motores de maquinaria, incluyendo la agrícola.
El objetivo de esta norma es disminuir la emisión de material particulado (MP) y óxidos de nitrógeno (NOx) a través de límites más estrictos. Para cumplir dichos límites, los motores van a tener que incorporar elementos o tecnologías que permitan esto. Lo que se incorpore va a depender de la marca, pero puede ser:
- Common Rail: Tecnología de control electrónico utilizada en motores diésel que permite un control preciso de la dosificación del combustible y altas presiones de inyección. Este sistema almacena el combustible a alta presión en un riel común, desde donde se distribuye a los inyectores de cada cilindro, incluso en distintos momentos de la carrera.
- Recirculación de Gases de Escape (EGR): Este sistema toma parte de los gases del escape y los mezcla con aire fresco. Con esto, el aire que entra al motor tiene menos oxígeno, lo cual baja la temperatura de combustión, reduciendo la formación de NOx. Todo esto se controla electrónicamente.
- Sistema DPF (Filtro de Partículas Diésel): Es un filtro que captura el hollín de la combustión en el escape. Si no se hace nada, el sistema se saturará, por lo que tiene que regenerarse de forma:
- Pasiva: Cuando el régimen de trabajo es alto, se generan temperaturas adecuadas que queman este hollín.
- Activa: Cuando un sensor detecta que el filtro está saturado, la unidad de control del motor (ECU) envía una señal para que se efectúen inyecciones adicionales que hagan subir la temperatura y quemen el hollín.
- AdBlue: Es una solución líquida compuesta por urea (aproximadamente 32%) y agua desmineralizada (el resto). Esta solución se inyecta en el sistema de escape, antes del catalizador, donde se descompone en amoníaco (NH3) y dióxido de carbono (CO2). El amoníaco (NH3) reacciona con el NOx, generando compuestos inocuos como nitrógeno (N2) y agua (H2O).
Los puntos 1, 2 y 3 incorporan computadores, sensores y sistemas para detectar fallas. Esto en el campo puede ser un problema, ya que no sabemos si contaremos con la mano de obra calificada en todos los sectores. El punto 4 tiene complicaciones como cristalización por clima, lo cual puede afectar los sensores, entregando datos erróneos y obstruyendo los circuitos por donde circula. Además, la contaminación del AdBlue, por estar mal guardado o adulterado, puede ser un problema. El AdBlue es corrosivo, así que su mal manejo puede ocasionar problemas; también hay variación de precio y disponibilidad de éste.
Los sistemas descritos pueden venir uno, todos u otros que cada fabricante haya desarrollado.
A esto se suma que la incorporación de cada uno de estos sistemas sube los costos de fabricación y no todas las plantas de las marcas fabrican maquinaria con estos elementos, obligando a buscar fábricas más lejanas y de mayor estándar, resultando en equipos más caros, según algunos, hasta un 40% más caros.
Beneficios a largo plazo
A pesar de los costos iniciales y los desafíos técnicos, la implementación de la norma Tier 4 traerá beneficios significativos a largo plazo. La reducción de emisiones de material particulado (MP) y óxidos de nitrógeno (NOx) mejorará la calidad del aire, lo que es crucial para la salud pública y el medio ambiente. Además, el uso de tecnologías avanzadas puede aumentar la eficiencia del combustible y prolongar la vida útil de la maquinaria, resultando en ahorros operativos a largo plazo. La adopción de estas normativas también posiciona a la industria agrícola chilena como líder en sostenibilidad y responsabilidad ambiental.
Vía: Smartcherry
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