Según datos proporcionados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los gases de efecto invernadero desempeñan un papel crucial en el fenómeno del calentamiento global y sus consecuencias ambientales.
El cambio climático es quizás la principal problemática medioambiental que enfrenta el mundo en la actualidad. Una crisis que está relacionada a múltiples factores, pero principalmente a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Básicamente, estos generan una barrera que evita que escape el calor del sol que llega a la tierra, subiendo la temperatura en un par de grados. Lo suficiente para causar graves alteraciones en los ecosistemas terrestres en especial en los polos de la tierra, donde el derretimiento de los hielos ha sido significativo en el último siglo.
Pero no hablamos de un problema nuevo, ya en la década del 60 y el 70, Roger Revelle y Charles David Keeling, comienzan a advertir sobre el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera debido a la quema de combustibles fósiles.
Sin embargo, solo fue hasta el año 1997 con la firma del Protocolo de Kyoto que se establece un acuerdo internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En él se establecen objetivos de reducción para los países industrializados, aunque no todos los países lo ratifican y su eficacia se ve limitada.
En 2015, el Acuerdo de París marca un hito en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. Este acuerdo establece objetivos más ambiciosos para limitar el calentamiento global, a menos de 2 grados Celsius, por encima de los niveles preindustriales con esfuerzos para limitarlo a 1.5 grados Celsius. Se basa en contribuciones voluntarias de reducción de emisiones por parte de los países.
Pero ¿qué son estos gases? ¿Existe alguna manera de detener este proceso o nos encontramos con una situación irreversible? Sobre esta situación hablamos con el investigador chileno, Hernán Gaete, que se desempeña como académico de la Escuela de Ingeniería en Medioambiente de la Universidad de Valparaíso, quien resaltó la importancia de abordar el problema de los gases de efecto invernadero, destacando su vínculo directo con actividades humanas e industriales.
En primer lugar «Los gases de invernadero son los elementos que se liberan al ambiente, particularmente asociados a actividades humanas, especialmente actividades industriales», explicó el profesor, Hernán Gaete. «Entre estos, el dióxido de carbono es el más destacado, siendo producto de la quema de combustibles fósiles».
El experto enfatizó la diversidad de estos gases y sus distintas fuentes de emisión. «Además del dióxido de carbono, hay otros gases como el metano, que pueden producirse tanto entrópicamente como de manera natural en zonas pantanosas, a través de procesos anaeróbicos», añadió. «La actividad ganadera también contribuye significativamente a la emisión de metano debido al metabolismo de alimentación de los animales».
Hernán Gaete, también señaló la importancia de considerar otros gases de invernadero, como los óxidos de nitroso, que pueden ser generados por actividades industriales que emplean carbón como fuente de energía. «Estas moléculas, algunas de las cuales se producen de manera natural, son amplificadas por la actividad humana», destacó.
El llamado del profesor Gaete a la acción es contundente: «Es crucial que tomemos medidas efectivas para reducir nuestras emisiones de gases de invernadero y mitigar así los impactos negativos del cambio climático. Esto requiere un esfuerzo coordinado a nivel global».
El mensaje del experto resalta la necesidad urgente de abordar este desafío ambiental crucial y adoptar prácticas sostenibles que protejan nuestro planeta y el bienestar de las generaciones futuras.