El proceso de construir una fruta de buena calidad comienza con la selección del material vegetal y continúa hasta que se entrega el producto en su mercado de destino. Tras la cosecha, la fruta sigue siendo un alimento ‘vivo’, que respira, consume reservas y pierde vapor de agua, entre otros cambios. Durante este tiempo, las frutas deben viajar por días e incluso semanas hasta llegar a su mercado final.
Las pérdidas postcosecha de frutas ocurren cuando el agricultor obtiene una producción que no llega al consumidor debido al deterioro de su calidad. Estas pérdidas pueden ser ocasionadas por diversos defectos de las frutas como malformaciones, quemaduras de sol, daños mecánicos (heridas, cicatrices, rasguños, golpes), daños por insectos y plagas, pudriciones, oscurecimiento de la pulpa, entre otras causas.
Este tipo de pérdidas afecta a toda la cadena de producción de frutales, ya que se desperdicia parte de la producción cosechada y se derrochan los recursos e insumos empleados para obtenerla, como agua, combustible, semillas y fertilizantes. Todo esto genera un impacto negativo tanto en la economía privada, cooperativa y estatal.
Impacto de las pérdidas postcosecha
La evaluación de las pérdidas postcosecha y las causas que las generan es fundamental para trazar estrategias que las minimicen y para establecer líneas base que permitan comparar los resultados tras la implementación de nuevas medidas.
Esta cuantificación puede hacerse de manera cuantitativa, basándose en la pérdida de masa fresca o volumen de las frutas, y cualitativa, evaluando la reducción del aporte nutricional, cambios en la textura, color y apariencia de las frutas.
6 consejos clave para evitar la pérdida de frutas en la postcosecha
El Dr. Bruno Defilippi, investigador del INIA La Platina y especialista en postcosecha, nos compartió seis consejos clave para reducir las pérdidas durante este crítico periodo:
- Manejo adecuado en el campo: Realizar todas las labores productivas correctamente para obtener una fruta con el máximo potencial de vida útil. Evitar golpes y heridas que generan deterioro microbiológico y pardeamiento es esencial.
- Índices de cosecha y madurez: Utilizar índices de cosecha y madurez adecuados para garantizar que la fruta tenga la calidad organoléptica requerida por el consumidor y llegue en buenas condiciones a su destino.
- Manejo de la cadena de frío: En productos que requieren transporte o almacenamiento refrigerado, es fundamental mantener las temperaturas adecuadas y evitar rupturas en la cadena de frío. Esto ayuda a reducir la posibilidad de condensación y la presencia de agua libre, lo que puede provocar crecimiento de microorganismos.
- Inocuidad del producto: Mantener la inocuidad de la fruta es crucial. Es importante evitar la contaminación con productos químicos o microbiológicos.
- Uso de tecnologías complementarias: Además del control de la temperatura, se pueden emplear tecnologías adicionales como sanitizantes, atmósferas controladas y modificadas, o envases activos, que ayudan a prolongar la vida útil de la fruta.
- Minimizar tiempos: Reducir al máximo los tiempos entre la cosecha, el procesamiento y la entrega al consumidor es clave para mantener la calidad y evitar pérdidas.