Agricultura Regenerativa: Un camino sostenible hacia la resiliencia climática

27-03-2025

Descubre cómo la agricultura regenerativa está emergiendo como una vanguardia en la batalla contra el cambio climático.

Estamos ante un dilema global: nuestro sistema alimentario contribuye al calentamiento del planeta y, simultáneamente, las consecuencias de este impactan negativamente en la producción de alimentos. La agricultura juega un papel central en este escenario, como protagonista detrás del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, y como gran consumidor de recursos hídricos, abarcando el 70% del uso total del planeta.

El suelo, recurso fundamental para la vida y la agricultura, sufre las secuelas de prácticas insostenibles: cada año, 12 millones de hectáreas se convierten en desierto, asimilable en dimensión a la nación de Islandia. Esta alarmante degradación no solo disminuye la productividad del suelo sino que también libera carbono atrapado, exacerbando aún más las transformaciones climáticas. Las alarmas son claras: para 2050, el 90% de los suelos globales podrían estar degradados si no se actúa pronto.

La respuesta a este reto ambiental urgente podría estar en una transición hacia la agricultura regenerativa. La clave está en financiar y apoyar técnicas agrícolas que resuciten la salud del suelo, atrapen carbono y potencien la resiliencia frente a las variaciones climáticas extremas. A pesar de su vulnerabilidad inherente, la agricultura puede renacer como parte de la solución mediante prácticas como la siembra directa, la agrosilvicultura, la rotación de cultivos y los cultivos de cobertura.

Las estimaciones indican que adoptar métodos de agricultura regenerativa podría resultar en la captura de hasta 23 gigatoneladas de dióxido de carbono para el año 2050. Dicho enfoque no solamente apuesta por la mitigación del cambio climático, sino también por el fortalecimiento de los ecosistemas mediante una mayor biodiversidad y una mejor retención de agua.

No obstante, la financiación es escasa y desproporcionada en comparación con otros sectores relacionados con el clima. A pesar de que la lucha climática requiere inversiones anuales de hasta 350 000 millones de dólares en el sector agroalimentario, solo una fracción modesta de estos fondos se dirige a la implementación de la agricultura regenerativa. Esto representa un llamado a repensar y reestructurar los instrumentos financieros destinados a esta transición crucial.

Una posible solución son los bonos climáticos basados en la naturaleza y modelos de financiación mixta. Estos métodos innovadores pueden catalizar una transformación sostenible al vincular resultados verificables de sostenibilidad con rendimientos financieros, incentivando así la inversión en la regeneración del suelo y prácticas agrícolas sostenibles.

Al abordar los desafíos actuales desde el ámbito financiero y de políticas públicas, se pueden establecer sinergias entre gobiernos, sector privado y agricultores para abrazar prácticas agrícolas que no solo garanticen la seguridad alimentaria mundial, sino que también promuevan un futuro más justo y resiliente frente a las inclemencias del cambio climático.

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