En un contexto global marcado por la necesidad de reducir emisiones de gases de efecto invernadero y hacer frente a las fluctuaciones del mercado energético, Chile ha tomado la iniciativa a través de la Ley de Eficiencia Energética 21.305, cuyo objetivo es disminuir la intensidad energética del país en un 13% para el año 2030.
Esta legislación se enfoca especialmente en los Grandes Consumidores de Energía (CCGE) y establece un marco claro para la implementación de Sistemas de Gestión de Energía (SGE).
Sostenibilidad mediante eficiencia energética y reducción de emisiones
La eficiencia energética se presenta como «la forma más segura, económica y sustentable de cubrir nuestras necesidades de energía». Esta afirmación no solo establece la base de la ley, sino que también resalta la estrecha conexión entre la eficiencia energética y la sostenibilidad. Al priorizar la eficiencia, las empresas no solo optimizan sus recursos, sino que también contribuyen a un futuro más sostenible, alineándose con las metas globales de reducción de emisiones.
La ley subraya que se espera que el 20% de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) necesarias para alcanzar la carbono neutralidad provenga de la eficiencia energética. Este dato pone de manifiesto el impacto directo que tiene la eficiencia energética en la sostenibilidad ambiental del país, evidenciando que una gestión energética efectiva es crucial para mitigar el cambio climático.
Enfoque en los Grandes Consumidores de Energía
La Ley 21.305, promulgada por el Ministerio de Energía de Chile, nace de un interés por transformar la manera en que las empresas gestionan su consumo energético. Desde la creación del Ministerio de Energía y la Agencia Chilena de Eficiencia Energética en 2006, el país ha avanzado considerablemente hacia la sostenibilidad. Este compromiso se ve reflejado en las metas hacia la carbono neutralidad para 2050, donde el 78% de las emisiones de gases de efecto invernadero son atribuibles al consumo energético, destacando la importancia de la industria, responsable del 14% de estas emisiones.
Proceso de Cumplimiento y Fiscalización
El proceso para cumplir con el Artículo 2 se organiza en un cronograma que implica un reporte energético cada 60 días y la implementación de SGE en un plazo de 12 meses. En este proceso, el Ministerio de Energía y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) juegan roles cruciales, con la SEC encargándose de las fiscalizaciones y las sanciones por incumplimiento. Cada cuatro años, se revisarán los criterios del Decreto 163 que establece qué constituye un CCGE.
Sistemas de Gestión de Energía como Solución
Los SGE son fundamentales en este proceso, ya que permiten a las empresas establecer políticas y objetivos energéticos que se alineen con la norma ISO 50001. Este enfoque abarca desde la planificación hasta la implementación y verificación de prácticas eficientes. La Agencia de Sostenibilidad Energética (ASE) ofrece cofinanciamiento para la adopción de estos sistemas, lo que ha mostrado resultados positivos, tanto en ahorro energético como en reducción de emisiones.
Transparencia y Reportes Anuales
Para garantizar un seguimiento adecuado, el Ministerio de Energía publica anualmente un reporte que incluye detalles sobre el consumo energético por subsectores, la eficiencia implementada y las acciones que han generado ahorros. Esta iniciativa no solo busca fomentar la responsabilidad corporativa, sino también crear un ambiente de transparencia en el sector energético.
El documento del Ministerio de Energía representa una guía crucial para las grandes empresas en Chile, facilitando el cumplimiento de la Ley de Eficiencia Energética 21.305. Con un enfoque claro en la implementación de SGE y un compromiso hacia la sostenibilidad, Chile avanza firme hacia sus metas de eficiencia energética y carbono neutralidad, marcando un ejemplo a seguir en la región y el mundo. Para acceder al documento completo, visita Guía de Artículo 2 de la Ley de Eficiencia Energética.