La Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile trabaja en una iniciativa junto con el Campus Villarrica UC, que busca utilizar biodigestores plásticos reciclables como una alternativa de calefacción sustentable, además de aprovecharla como una instancia educativa, dado que es un proyecto pionero que muestra las ventajas del biogás en América Latina.
El objetivo de la iniciativa es poder cambiar la calefacción en base a leña de más de 2.500 estudiantes de la Región de La Araucanía, por esta alternativa más sustentable. Se trata de cambiar el uso de la leña en las escuelas de la zona lacustre por biodigestores plásticos reciclables y resistentes que producen gas a partir del estiércol de vacas.
César Sáez, académico del departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos de la Escuela de Ingeniería, expresó: «Los biodigestores representan un paso importante en el ahorro de energía y en mejorar las malas condiciones del aire que afectan a las ciudades del sur».
El proyecto de biodigestores educativos es una innovación energética que se puede aplicar en las escuelas de la zona centro-sur del país, que se utiliza también como herramienta educativa para enseñarles a los estudiantes procesos bioquímicos a partir de la experiencia práctica.
El proyecto comenzó como un piloto en tres escuelas de la Araucanía: Liceo Luis Cruz Martínez, Colegio Claudio Arrau y la Escuela Carileufu, donde se instalaron sistemas de biodigestión anaeróbica para la producción de biogás, como una solución de calefacción sustentable y de bajo costo. Una iniciativa que también contempla experiencias de aprendizaje para distintos niveles escolares, en conjunto con especialistas en educación del Campus Villarrica UC.
Los biodigestores
«Un biodigestor es un contenedor que tiene las condiciones apropiadas para que se desarrollen ciertas reacciones bioquímicas que son mediadas por una ecología microbiana diversa que transforma materia orgánica compleja biodegradable o que se pudre de manera secuencial, en compuestos más simples, hasta llegar a ácidos orgánicos y finalmente a metano y dióxido de carbono, y otros gases, es lo qjue se denomina biogás», explicó el académico.
Cada uno de los biodigestores que se están utilizando en este caso, tiene una capacidad de 2.500 litros y un volumen mínimo de contención de gas de 7,5 metros cúbicos. El sistema funciona como un contenedor en el que se deposita estiércol de vaca y material orgánico, que son mezclados con agua para que produzcan gas en condiciones anaeróbicas, es decir, sin oxígeno.
En un día, el sistema puede producir energía capaz de alimentar a tres hogares.
Fotografía: Pontificia Universidad Católica de Chile.