El uso de residuos del salmón en la agricultura: El caso de Aminochem

15-07-2025

La industria del salmón, una de las más relevantes en Chile, genera no solo productos alimenticios de alta calidad, sino también una cantidad significativa de excedentes que, hasta hace algunas décadas, eran considerados desechos sin valor. Sin embargo, gracias a iniciativas innovadoras como la de Aminochem, estos residuos se han transformado en recursos valiosos para la agricultura, promoviendo una economía circular y sostenible.

Aminochem ha liderado la integración de la salmonicultura y la agricultura, utilizando subproductos del salmón para crear fertilizantes y bioestimulantes que benefician los cultivos y el medio ambiente. Hoy en día trabajan con más de 25 cultivos en la actualidad con importantes fuentes de nitrógeno orgánico de alta eficiencia.


Orígenes de una idea sostenible


La historia de Aminochem comenzó a gestarse en la década de 1990, cuando se observó un fenómeno curioso: en los vertederos donde se descartaban los excedentes de la industria salmonera, el pasto crecía notablemente más verde y vigoroso.


Este hallazgo llevó a investigaciones iniciales que, con el apoyo de proyectos financiados por Corfo, demostraron el potencial de los residuos del salmón como bioestimulantes agrícolas. En 2013, Aminochem se estableció como una empresa independiente, derivada de la pesquera Pacific Star, con la misión de transformar los subproductos del salmón en insumos agrícolas de alto valor biológico.


Carlos Baier, jefe técnico de Aminochem, explica que aproximadamente el 70% del salmón cosechado se utiliza directamente, mientras que el 30% restante, incluyendo mortalidades durante el ciclo productivo, se convierte en excedentes. Estos residuos, ricos en nutrientes como aminoácidos, péptidos, materia orgánica y ácidos grasos omega 3, 6 y 9, son procesados para crear productos como fertilizantes líquidos y bioestimulantes.


Productos estrella: Aminoterra y Bioil-S


Uno de los productos más emblemáticos de Aminochem es Aminoterra, un fertilizante y bioestimulante líquido derivado de proteínas de salmón hidrolizadas enzimáticamente. Este producto, apto para la agricultura orgánica, proporciona aminoácidos esenciales que fortalecen las plantas, mejoran su resistencia al estrés ambiental y estimulan la actividad microbiana del suelo, optimizando la absorción de nutrientes.


Otro producto destacado es Bioil-S (Enhance), un aceite natural de origen marino extraído del salmón, rico en omega 3, 6 y 9. Este bioestimulante orgánico promueve las defensas naturales de las plantas y reduce el estrés oxidativo, mejorando su desarrollo y rendimiento. Su aplicación en conjunto con fitosanitarios ha demostrado ser efectiva para cultivos más saludables y productivos.


Impacto en la agricultura y la sostenibilidad


El enfoque de Aminochem no solo transforma residuos en recursos, sino que también impulsa una agricultura regenerativa. Al utilizar subproductos del salmón, la empresa reduce la dependencia de fertilizantes químicos, disminuye el impacto ambiental y mejora la calidad del suelo. Según Juan Pablo Lasserre, CEO de Aminochem, los aminoácidos derivados del salmón actúan como catalizadores de la fisiología vegetal, promoviendo un crecimiento más robusto y sostenible.


Además, la compañía ha contribuido a la economía circular al resignificar materiales que antes terminaban en vertederos. Por ejemplo, los lodos de la salmonicultura, ricos en nitrógeno y fósforo, se han utilizado para fertilizar suelos en regiones como Los Lagos y La Araucanía, demostrando beneficios en suelos trumaos, tipo de suelo volcánico que se encuentra principalmente en el sur y centro de Chile, especialmente en zonas precordilleranas y de valles, su origen viene de cenizas volcánicas y por su alta capacidad de retención de humedad y materia orgánica, aportando en nutrientes esenciales como calcio, magnesio, azufre, zinc y boro.


Colaboración intersectorial


En octubre de 2024, el Consejo del Salmón, junto a la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (SOFO), la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) y el Consorcio Agrícola del Sur (CAS), firmaron un convenio de colaboración para fomentar el intercambio de conocimientos y tecnologías entre la salmonicultura y la agricultura. Aminochem, con más de una década de experiencia en esta integración, se posiciona como un referente en este esfuerzo, demostrando cómo la sinergia entre ambas industrias puede beneficiar a seis regiones de Chile.


Desafíos y perspectivas


A pesar de los avances, la utilización de residuos de la salmonicultura enfrenta desafíos, como la necesidad de optimizar procesos para garantizar la viabilidad económica y minimizar cualquier impacto ambiental. Estudios como el de la Universidad Austral de Chile han destacado el potencial de los lodos residuales como fertilizantes, pero también subrayan la importancia de regulaciones robustas para su manejo.


Aminochem continúa innovando, buscando nuevas aplicaciones para los subproductos del salmón y consolidando su compromiso con una agricultura más sostenible. Su modelo demuestra que, con creatividad y tecnología, los residuos de una industria pueden convertirse en la base de soluciones para otra, generando beneficios económicos, sociales y ambientales.


El ejemplo de Aminochem ilustra cómo la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano. Al transformar los excedentes de la industria del salmón en fertilizantes y bioestimulantes, la empresa no solo reduce el desperdicio, sino que también fortalece la agricultura chilena.


En un mundo que busca soluciones para la sostenibilidad, Aminochem es un ejemplo de cómo los residuos pueden convertirse en recursos valiosos, promoviendo una economía circular y un futuro más verde.


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