Desarrollo sostenible en la papeleta: ¿Qué nos dicen los programas presidenciales sobre el futuro ambiental de Chile?

10-11-2025

Un análisis técnico revela brechas significativas entre las promesas climáticas y la robustez programática de quienes aspiran a gobernar el país en los próximos cuatro años. La sostenibilidad agroindustrial, lejos de ser una postura ideológica, se convierte en una variable económica medible.

Cuando Benjamin Carvajal - Fundador y Director General de la ONG Uno Punto Cinco, y su equipo decidieron analizar los programas presidenciales desde la perspectiva ambiental y climática, no lo hicieron desde el activismo, sino desde la necesidad de comprender con datos qué tan preparadas están las candidaturas para enfrentar realidades concretas: sequías que afectan la producción agrícola, compromisos de descarbonización que condicionan exportaciones, y crisis hídricas que redefinen el uso del territorio.


“El informe muestra un clivaje interesante en cómo las candidaturas enfrentan la crisis climática. Mientras algunas buscan compatibilizar crecimiento económico y sostenibilidad, otras apuntan a reducir regulaciones ambientales. Será clave observar cómo podrían negociar estos enfoques en un eventual escenario de gobernabilidad.” - sen̈ala Benjamin.


El resultado es un informe de 37 páginas que aplica una metodología rigurosa: por un lado,analiza el posicionamiento narrativo de cada candidatura en un eje que va desde el extractivismo y antiregulación hasta el ecologismo transformador; por otro, evalúa la robustez programática mediante la presencia de metas cuantificables, plazos definidos y mecanismos de implementación verificables.


Lo que emerge no son juicios morales sobre quién es "más verde", sino una radiografía de coherencia técnica. Evelyn Matthei y Jeannette Jara encabezan con promedios de 5.0 y 4.81 sobre 7 puntos respectivamente, destacando por propuestas con metas temporales y componentes operativos. José Antonio Kast aparece con apenas 1.81, reflejando una distancia considerable en profundidad y especificidad.


Pero más allá de los números, el informe revela un fenómeno estructural: a diferencia de 2021, cuando la sostenibilidad aparecía como eje transversal del debate político, en 2025 las propuestas priorizan el crecimiento económico e inversión, marcando una nueva fase donde la acción climática se concibe principalmente como instrumento al servicio de la productividad.


Para el sector agroindustrial, esto no es un tema menor. La capacidad de acceder a mercados internacionales cada vez más exigentes con certificaciones ambientales, la gestión del agua en un contexto de escasez permanente, o la posibilidad de financiamiento climático para reconversión tecnológica dependen directamente de políticas públicas con músculo institucional.


El informe identifica consensos transversales: todas las candidaturas coinciden en promover plantas desalinizadoras como respuesta a la crisis hídrica, y existe una narrativa compartida sobre agilizar la inversión mediante oficinas de proyectos estratégicos. Sin embargo, persisten vacíos estructurales en financiamiento climático, participación ciudadana y coordinación institucional.


Harold Mayne-Nicholls es el único que propone implementar una NDC más ambiciosa y mantener el calendario de descarbonización con cierre de centrales a carbón antes de 2040. Johannes Kaiser, en el extremo opuesto, plantea eliminar referencias legales al cambio climático y reemplazar el Ministerio del Medio Ambiente por una Subsecretaría bajo Economía.


La metodología empleada permite algo poco frecuente en análisis político: comparar locomparable. Mediante un diccionario de palabras clave asociadas a tres marcos narrativos: (extractivismo / antiregulación, crecimiento verde, y ecologismo/justicia ambiental), el equipo posicionó a cada candidatura en un espectro continuo, revelando que el debate 2025 se desplaza hacia el pragmatismo ambiental, donde la sostenibilidad se concibe más como ventaja competitiva que como transformación estructural.


Para productores, exportadores y gestores territoriales, este informe ofrece una herramienta distinta: no busca convencer hacia dónde votar, sino clarificar qué nivel de respaldo institucional tendrá la agenda ambiental bajo cada escenario. ¿Habrá continuidad en los planes de descarbonización? ¿Existirán instrumentos económicos verdes o solo discurso?


¿La regulación será predecible o volátil?


El país enfrenta el desafío de reconstruir un consenso climático que logre integrar eficiencia productiva, equidad social y sostenibilidad territorial, señala el documento en su resumen ejecutivo. Para la agroindustria chilena, que compite en mercados globales bajo estándares cada vez más estrictos, esta reconstrucción no es filosofía: es condición de permanencia.


El informe completo "Análisis Presidenciales 2.0" está disponible para descarga pública y será presentado próximamente por Benjamin Carvajal, quien profundizará en las motivaciones técnicas y metodológicas detrás del análisis.


Su lectura resulta especialmente relevante para quienes toman decisiones de inversión y planificación productiva con horizonte de mediano y largo plazo.


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