No culpemos al turismo

El Lago Villarrica se posiciona como uno de los destinos más elegidos en la Región de La Araucanía para disfrutar de las vacaciones: un tesoro natural que, al mismo tiempo, […]
El Lago Villarrica se posiciona como uno de los destinos más elegidos en la Región de La Araucanía para disfrutar de las vacaciones: un tesoro natural que, al mismo tiempo, se convierte en un punto de discordia en lo que respecta a la sostenibilidad del turismo.
Hoy en día, es necesario afirmar con contundencia que no podemos demonizar al turismo como la causa de todos los males. De hecho, existen causas más profundas que deben ser consideradas.
El turismo es uno de los motores económicos más potentes, no solo para la economía regional y la empleabilidad de las comunidades, sino también para el reconocimiento internacional del país, nuestra «marca Chile». Chile se hace conocer y reconocer a través del volcán, las araucarias, las termas y las relajantes tinajas calientes, así como los paseos en botes o lanchas.
La amenaza al Lago no proviene del turismo en sí, sino de la falta de gestión de los flujos turísticos. Esto se refleja en la incapacidad para implementar plantas de tratamiento de aguas en tiempos razonables, en la burocracia que obstaculiza las innovaciones, en la carencia de planificación urbana y en la falta de «construcción de ciudad». Sobre todo, se encuentra en la ausencia de educación en sostenibilidad tanto para los visitantes como para los operadores turísticos.
Este punto es fundamental: educar sobre la conservación, empezando por los operadores turísticos, es la única forma en que el turismo puede perdurar en el futuro.
Las personas buscan experiencias «verdes» y sostenibles y están dispuestas a defender sus lugares cuando los conocen. Empoderar a los visitantes con información sobre prácticas respetuosas con el medio ambiente y la importancia de preservar la biodiversidad del lago puede transformarlos en guardianes activos de este ecosistema.
Además, los turistas están dispuestos a financiar sistemas que permitan preservar el lugar cuando se les informa y se les involucra como parte activa en esta causa.
Los avances tecnológicos ofrecen herramientas para una gestión más eficiente de las personas y las ciudades, contrarrestando la contaminación.
No obstante, es imperativo que las comunidades locales dejen de lado el populismo y trabajen de la mano con empresas y administraciones públicas para generar soluciones efectivas a los problemas territoriales.