Del mar a los cultivos: Uso de los derivados del Salmón en la Agricultura
Durante octubre de este año, en un importante seminario realizado en Temuco, el Consejo del Salmón, junto a la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (SOFO), la Sociedad Nacional de […]
Durante octubre de este año, en un importante seminario realizado en Temuco, el Consejo del Salmón, junto a la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (SOFO), la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) y el Consorcio Agrícola del Sur F.G. (CAS), firmaron un inédito convenio de colaboración. Esta iniciativa tiene el objetivo de fomentar el intercambio de conocimientos, tecnologías y experiencias entre ambas industrias, creando sinergias que beneficiarán a seis regiones del país.
En este contexto, conversamos con Aminochem, una empresa que desde hace años ha comprendido los beneficios de unir la salmonicultura y la agricultura. Su experiencia y dedicación los posicionan como líderes en esta integración, enfocándose en fertilizantes y bioestimulantes derivados de la proteína de salmón, promoviendo la Economía Circular.
Juan Pablo Lasserre, CEO de Aminochem, nos complementa: “Los aminoácidos derivados del salmón tienen un papel clave en la agricultura moderna, ya que favorecen el crecimiento de las plantas al proporcionar nutrientes esenciales como bloques básicos de proteínas. Estos aminoácidos mejoran la resistencia de las plantas a enfermedades y estrés ambiental, promoviendo una agricultura más sostenible y menos dependiente de pesticidas. Además, contribuyen a mejorar la calidad del suelo al estimular la actividad microbiana, lo que facilita la absorción de nutrientes por las raíces. Los productos agrícolas que contienen aminoácidos de salmón, como fertilizantes líquidos y bioestimulantes, optimizan la absorción de nutrientes y mejora el desempeño de los cultivos, mientras que su uso reduce el impacto ambiental frente a los fertilizantes químicos”.
Carlos Baier, Jefe Técnico de Aminochem, explica cómo se entrelazan dos sectores tan diferentes: “Aproximadamente, se utiliza el 70% del salmón tras su cosecha. De este, alrededor del 30% se considera excedente. Además, durante su ciclo de vida, desde el smolt que se produce en las pisciculturas hasta su cosecha final entre 18 y 24 meses, algunos salmones no logran sobrevivir. Estos deben ser retirados de inmediato y estabilizados para crear ensilaje de salmón, una materia prima con un alto valor biológico. Este proceso está sujeto a estrictas normas medioambientales que regulan el manejo de excedentes en la producción de salmón, garantizando el máximo cuidado del entorno”.
Baier continúa explicando la importancia de estos insumos: “Hoy en día, estas dos fuentes de materia prima, los excedentes frescos y el ensilaje de salmón, son la base para producir aceite y harina de salmón, destinados principalmente a la alimentación animal y a la nutrición vegetal. En este sentido, Aminochem ha liderado el avance en fertilizantes y bioestimulantes derivados de la proteína de salmón, promoviendo la Economía Circular, un concepto fundamental en el ADN del grupo Fiordo Austral y orientado hacia una agricultura regenerativa y sostenible.”
La historia de Aminochem como una empresa comprometida con el medioambiente comienza en la década de 1990. “Casi de manera fortuita, pues en aquella época los excedentes de salmón eran desechados en vertederos, y alrededor de estos lugares se observaba un pasto notablemente más verde. Ya en los 2000, se llevaron a cabo las primeras pruebas. Esto se originó a partir de un proyecto innovador financiado por Corfo, que impulsó el desarrollo de derivados de la proteína de salmón como bioestimulantes y fertilizantes, comenzando con los aminoácidos. De ahí nace Aminoterra, nuestro producto más emblemático y antiguo”, explica Carlos.
Edgardo García, gerente general de Fiordo Austral, también destacó que “en 2008, la industria salmonera sufrió una fuerte crisis debido al virus ISA en las regiones de Los Lagos y Aysén. A consecuencia de esto, se implementaron diversas medidas para prevenir la propagación del virus, una de las cuales fue ensilar la mortalidad de los centros de cultivo. Esto nos llevó a investigar cómo dar un nuevo valor a este recurso. Así, comenzamos a realizar ensayos en plantas y praderas, comprobando que los aminoácidos libres actúan como catalizadores en la fisiología de las plantas, siendo un significativo bioestimulante.”
Desde su fundación en 2013, Aminochem ha evolucionado y ampliado su portafolio, incluyendo productos como el Bioaminol, materia orgánica líquida destinada a activar la biología del suelo y fortalecer el desarrollo de raíces , y Bioil-S (Enhance), aceite de salmón para uso agrícola.
Hoy en día, Aminochem se destaca no solo por su compromiso con la sostenibilidad, sino también por sus más de 10 años de experiencia, generando soluciones rentables para sus usuarios. Carlos Baier concluye: “Nada de esto sería posible sin la sintonía del equipo de Aminochem con los principios de la economía circular, la agricultura regenerativa y la sostenibilidad.”