Algas para una agricultura sustentable desde la Patagonia
En el marco de Fruittrade 2024, GreenNetwork tuvo la oportunidad de conversar con Rebeca Gálvez, CEO y cofundadora de Patagonia Biotecnología (PatBio), una empresa chilena que ha logrado aprovechar el […]
En el marco de Fruittrade 2024, GreenNetwork tuvo la oportunidad de conversar con Rebeca Gálvez, CEO y cofundadora de Patagonia Biotecnología (PatBio), una empresa chilena que ha logrado aprovechar el «oro verde» del sur de Chile: las algas.
La riqueza de estas algas permite desarrollar bioinsumos que fortalecen la resiliencia de los cultivos frente al estrés y mejoran su rendimiento, todo gracias a la investigación de largo plazo y la recolección responsable en los mares del sur de Chile.
Con la marca FERTUM, desarrollan bioinsumos a partir de extractos de algas para aportar a una agricultura más sustentable y regenerativa, enfrentando los desafíos ambientales mediante soluciones innovadoras y científicamente respaldadas.
¿A qué se dedica PatBio y cómo te relacionas con esta innovación?
“Nosotros producimos extractos de algas marinas para la agricultura, mediante Fertum, que es una empresa de base científica y tecnológica que existe desde su propiedad intelectual hace 25 años, con nuestro científico Marcelo Brintrup. Yo soy parte de la compañía hace 10 años, soy emprendedora Endeavor, y en ese chip encontramos este maravilloso oro verde, que yo le llamo, y buscamos la forma de escalar y aportar a una agricultura más sostenible».
Cuéntanos con respecto al uso del alga y el mejoramiento del suelo, en la parte técnica, ¿cuál es el aporte?
«Mira, los extractos de algas se usan desde tiempos inmemoriales, desde los romanos; incluso sabemos que en Chiloé usaban las algas para la agricultura. Pero nosotros hemos logrado, a través de los estudios de Marcelo y Gotardo Schenkel, detectar cuáles son las algas de Chile, oriundas de Chile, que tienen mayor concentración de nutrientes. Nutrientes que aportan a las plantas a resistir estrés, a poder generar mayor enraizamiento, mayores rendimientos, mejor calidad, calibre y mejor condición de viaje de las frutas.
Ahora, en Patagonia Biotecnología, usamos una combinación de distintas algas marinas, luego de haber hecho estudios de nueve algas y de haber determinado cuáles son las más abundantes. Siempre, en el camino a la sostenibilidad, cultivamos nuestras propias algas. El cultivar nuestras propias algas, además de cosechar de bancos naturales, nos permite manejarlas en su momento de mayor concentración de nutrientes.
No necesariamente se cosecha en la misma cantidad de días: se puede cosechar a los 85 días, a los 105 días, a los 75 días, dependiendo de las temporadas, como ocurre con las frutas. A través de estas cosechas y cultivos propios, y con alianzas con Güiro Regenerativo y pescadores artesanales, no solo estamos usando una materia prima oriunda de la Patagonia chilena, potenciada por la corriente de Humboldt y sus aguas frías, sino que también aportamos a la agricultura regenerativa.»
Una cosa es tomar acciones sustentables y la otra es medir y tener estándares de sustentabilidad o algún tipo de reportabilidad. Ustedes son Empresa B y llevan varios años en este camino. Cuéntanos cómo ha sido este proceso y cómo ves la adhesión de otras empresas agrícolas a esta iniciativa.
«Para nosotros, certificarnos como Empresa B fue un proceso en que no solo nos enfocamos en temas medioambientales, sino también en gobernanza, comunidad y colaboradores, para formar una compañía con un propósito compartido por todos, desde el capitán hasta el paje. Al medir los resultados, no solo tomamos en cuenta los financieros, sino también el impacto ambiental, en las comunidades y nuestros colaboradores.
Estadísticamente, se ha comprobado que las Empresas B logran mayor fidelidad de sus colaboradores y clientes. En momentos de crisis, como el COVID, tener un propósito permite recurrir a otras herramientas para la empresa. Cuando una compañía opera con un propósito como el de ser Empresa B, se toman decisiones con una mirada de largo plazo y de futuro.
Nuestro crecimiento en Patagonia Biotecnología ha sido un poco más lento porque queríamos validar cada producto de acuerdo a las condiciones específicas de cada suelo, clima y cultivo. Gotardo Schenkel siempre sostuvo que cada uno requiere soluciones diferentes. Desde los años 90, él defendía que la solución no era usar más agroquímicos cada vez que surgía un problema de productividad, sino optar por una visión de largo plazo.»