La idea de vivir en un mundo mejor, es algo que seduce a muchos, y es que ¿quién no se ha sentado alguna vez a analizar el mundo? Sin embargo, ya no estamos en el momento de poder permitirnos sólo pensar e imaginar un mundo mejor. Hoy, si lo queremos debemos actuar para conseguirlo, porque tal vez ya no será para nosotros, pero si puede serlo para las futuras generaciones.
Ante los desafíos medioambientales actuales, nos urge actuar, porque trabajar por vivir en un mejor planeta, es ahora o simplemente, no será. Vivir en un mundo mejor, requiere nuestro esfuerzo porque implica transformar el mundo en uno más sostenible, uno que perdure en el tiempo, que permita proteger nuestros recursos naturales, donde el agua y los alimentos estén asegurados. Y para ello, los cambios que podamos generar en nuestra agricultura son claves.
En este sentido, es que surge la agricultura sintrópica, una forma de agricultura relativamente nueva, pero ¿a qué se refiere el concepto de sintropía? La sintropía es lo opuesto complementario a la entropía. Mientras que la entropía rige las transformaciones termodinámicas que liberan energía debido a la complejidad, la sintropía rige la vida, que acumula y organiza la energía.
¿Qué es la agricultura sintrópica?
La agricultura sintrópica se basa en los procesos acumulativos de la vida (tendencia sintrópica) para restaurar la fertilidad de los agroecosistemas, es un conjunto de prácticas creadas por el genetista y agricultor suizo Ernst Götsch, que ayuda a aprender las estrategias naturales de regeneración de cada lugar y traducirlas en intervenciones agrícolas.
Para Francisco Fuenzalida, Fundador y coordinador general del Centro de Estudios AguaTierra, la agricultura sintrópica: “Es un sistema de manejo de suelos con cultivos agroforestales, a los que muchas veces se les llama sistemas agroforestales sucesionales, tiene que ver con generar esquemas de plantación, que si bien se enfocan en la producción o en algún objetivo como la restauración ecológica, la transformación de un monocultivo, o el objetivo frutal, maderero u hortalicero, sin embargo, van acompañadas de un sistema de árboles, arbustos y hierbas que son las encargadas de generar la fertilidad para tu cultivo objetivo, generando un sistema agroforestal donde se realiza tu producción con el resultado de poder tener excedentes de fertilidad, mejoras del suelo, mejoras de la microbiología y aporte a la mejora de las condiciones climáticas”.
Francisco, agrega: “Esto se resume en el concepto de restauración por uso agrícola, o sea tu usas el suelo y lo vas restaurando y mejorando en vez de empeorarlo, es una agricultura que busca ser independiente de insumos externos, ya sea sintéticos u orgánicos. Este sistema se basa y se sostiene en procesos biológicos y bioquímicos que ocurren en este entorno que imita a la dinámica de un bosque, por ende, todo lo que está creciendo, acompañando a tu cultivo objetivo de manzanas o de oliva, tienen la función de generar recursos, por ende va aumentando la fertilidad y generando mayor capacidad de rotación de agua, y a medida que crecen, todos los árboles y arbustos de servicio de acompañamiento de tu cultivo, el sistema va necesitando cada vez menos agua y abono, en el fondo es acumular energías complejizando procesos”, explicó.
El Centro de Estudios AguaTierra, introdujo este sistema desde Brasil en 2018, comenzaron a realizar reuniones para enseñar y transmitir el conocimiento, pero causaron gran controversia, por lo que durante los años de pandemia se volcaron completamente al campo. Hoy se encuentran trabajando en conjunto con el mundo privado y servicios públicos con el fin de apoyar principalmente a la agricultura familiar campesina y continuar capacitando a más personas.
Actualmente, la agricultura sintrópica es una práctica que se ha ido extendiendo por el mundo, donde se ha adaptado a diferentes climas como por ejemplo el clima mediterráneo o lugares más desérticos. Uno de los proyectos que destaca a nivel mundial es el Alentejo (Centro de Experimentación Agrícola, en Portugal), donde se trabaja por implementar esta técnica en climas mediterráneos con excelentes resultados.
La principal ventaja que observan quienes realizan este tipo de agricultura es que es un sistema de agricultura permanente, no rotativa, por lo que “en 10 años no se gasta el sistema agrícola, sino que en 10 años, es probable que logres que funcione solo, donde el trabajo colectivo y de organización social son vitales. Nosotros buscamos generar una reconversión y un modelo productivo alternativo que es lo que llamamos agricultura regenerativa o regeneración, que es un paradigma mucho más amplio, pero sin un tratamiento de suelo regenerativo, tu no vas a tener un proceso regenerativo en lo social ni en lo económico, es la base energética del planeta”, concluyó el Fundador del Centro de Estudios AguaTierra.