ANASAC y el desafío de los Envases Apilables y Sostenibles

La compañía chilena eliminó 2.5 toneladas de plástico y 11 de cartón en su primera fase de envases circulares, marcando un hito en la agricultura responsable
En un contexto donde la sostenibilidad ambiental se ha convertido en una prioridad estratégica para las empresas del sector agrícola, ANASAC Chile ha dado un paso decisivo hacia la economía circular con el desarrollo de envases sostenibles que prometen transformar la industria agropecuaria latinoamericana.
La iniciativa, enmarcada en la Estrategia de Sostenibilidad de la compañía y bajo el pilar estratégico de Cuidado del Medio Ambiente, representa una respuesta concreta a la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y al creciente compromiso de la empresa con la innovación ambiental.
Una transformación desde el origen
Daniel Galindo, Gerente de Crop Protection de ANASAC Chile, explica que la búsqueda constante de innovación llevó a la empresa a "generar un plan paulatino para modificar los envases y embalajes de los productos de nuestro amplio portafolio". Este proyecto surgió del análisis de diferentes posibilidades para eficientar y reducir el uso de materiales en las distintas líneas de productos.
Los nuevos envases apilables, se incorporan al final del proceso de formulación, donde el producto final es envasado en estos sistemas más sostenibles. La innovación no solo permite reducir la cantidad de plástico y cartón generado, sino que también disminuye las horas máquina del proceso, aumentando la eficiencia y reduciendo el uso de recursos como energía, agua, combustible y otros materiales.
Impacto ambiental cuantificable
Los resultados de esta primera etapa son contundentes: la implementación de envases de menor gramaje (7% menor) y la eliminación de las cajas de 500g significará una reducción de al menos 2.5 toneladas de plástico y 11 toneladas de cartón. Estas cifras representan un avance significativo hacia la reducción de la huella de carbono por producto final generado.
Además, la mayor eficiencia en el transporte a destino contribuye a una logística más sostenible, multiplicando los beneficios ambientales a lo largo de toda la cadena de valor.
Superando obstáculos técnicos
El desarrollo de estos envases sostenibles no estuvo exento de retos. "Los principales desafíos fueron mantener la calidad y estándar de los envases, para asegurar la calidad del producto y cumplir con las normativas vigentes", señala Galindo.
El equipo tuvo que garantizar rigurosas pruebas de espesores, tasas de permeabilidad y degradación, compatibilidad química, hermeticidad, exposición a la intemperie y filtración, además de las pruebas de transporte. Este exhaustivo proceso de validación aseguró que la innovación no comprometiera la efectividad de los productos
Colaboración integral
El proyecto fue liderado por el área de Desarrollo Químico de ANASAC, logrando integrar diferentes áreas de la empresa para su implementación, incluyendo también a proveedores de envases. Esta colaboración interdisciplinaria fue clave para el éxito de la iniciativa, demostrando que la sostenibilidad requiere un enfoque colaborativo y holístico.
Presencia en el mercado
La implementación comenzó con los productos del área del Bienestar Vegetal, específicamente con la línea de fertilizantes foliares POLY, para luego expandir esta iniciativa a otras líneas del portafolio. Los nuevos envases ya están disponibles en las cadenas de distribución autorizadas a nivel nacional.
La recepción del mercado ha sido positiva. "Estos envases son bastante aceptados por los usuarios finales, ya que contienen menos plásticos y sin cajas de cartón", confirma Galindo. Esta aceptación valida la estrategia de la empresa y demuestra que los agricultores están listos para adoptar soluciones más sostenibles.
Nuevo envase apilable y sostenible de la línea Poly
Visión de futuro: expansión regional
La visión de ANASAC trasciende las fronteras chilenas. "Seguimos estudiando la viabilidad de trabajar estos envases en la mayoría de nuestras líneas de productos, incluyendo nuestras exportaciones a otros países de Latinoamérica y del hemisferio sur", proyecta Galindo.
La empresa está trabajando con otros tipos de plásticos, reemplazando los sacos y maxisacos de polietileno de baja densidad utilizados para las líneas de semillas por envases de cartón, lo cual permitiría la valorización de dichos residuos.
Un modelo para la industria
ANASAC ha reforzado su compromiso ambiental como miembro de la asociación gremial IMMPA, participando en el proyecto Agro Recicla para el retiro de envases de polietileno de alta densidad desde los campos. La empresa se ha comprometido a ampliar este programa a otros tipos de plásticos, cerrando el círculo de la economía circular.
Con esta iniciativa, ANASAC espera demostrar que "el cambio de envases y embalajes no sólo es posible, sino que es beneficioso para la sostenibilidad ambiental y económica de las empresas que lo realizan". La estrategia busca inspirar a otros actores de la cadena de valor para que se sumen a iniciativas similares y trabajen en conjunto por una agricultura más sostenible.
La empresa está trabajando de manera integral en todas sus áreas de negocio con la finalidad de no solo disminuir la cantidad de residuos generados en las distintas etapas de la actividad agropecuaria, sino también poner a disposición de sus stakeholders mecanismos concretos para la valorización de estos residuos.
Hacia una agricultura circular
La iniciativa de ANASAC representa un modelo de cómo las empresas del sector agrícola pueden liderar la transición hacia una economía circular. Al integrar innovación tecnológica, compromiso ambiental y viabilidad económica, la compañía establece un nuevo estándar para la industria agropecuaria latinoamericana.
Con 13.5 toneladas menos de residuos en su primera etapa y planes de expansión regional, ANASAC demuestra que la sostenibilidad es factible y real.
El futuro de la agricultura sostenible en América Latina tiene en ANASAC un actor comprometido con la innovación y la transformación ambiental, estableciendo las bases para una industria agropecuaria más responsable y circular.
Fotos ANASAC