En Chile la gestión de los recursos hídricos siempre ha resultado algo complejo, en especial en los últimos años donde la sequía que afecta al país, y la necesidad de aumentar la producción agroalimentaria, hizo más urgente que nunca la creación de una Ley de Riego.
El nuevo proyecto destaca por que permite el uso de aguas grises, o reciclada, para el riego agrícola. Pero se especifica que las aguas grises no podrán ser utilizadas para el riego de frutas y hortalizas que crecen a ras de suelo y que son consumidas por las personas, ni tampoco en el riego de cultivos que consuman animales y que puedan transmitir afecciones a la salud de las personas.
SI bien la nueva legislación era esperada por muchos, desde el mundo agrícola ven una serie de falencias, comenzando por el enfoque orientado más a la protección de los pequeños agricultores y la adaptación al cambio climático. Sobre esto conversó, José Miguel Morán, gerente general de la AGRYD (Asociación Gremial de Riego y Drenaje).
Respecto a las falencias de la ley señala: “A esta Ley le falta fortalecer la Misión y Visión de la Comisión Nacional de Riego, encargada de administrar la Ley N°18.450, profundizando su sentido original de Fomento a la Inversión Privada en Obras de Riego y Drenaje, que fue la piedra angular del desarrollo exportador de Chile. Su objetivo debe ser aumentar el área de riego destinada a la producción de alimentos, mejorar el abastecimiento de agua en zonas con déficit hídrico, y elevar la calidad y eficiencia del riego y el uso de la energía. Además, sigue siendo fundamental habilitar suelos agrícolas con problemas de drenaje”.
Desde la perspectiva que tiene la asociación, la nueva normativa también enfatiza la adaptación al cambio climático y el desarrollo rural sostenible, términos que, si bien son muy buenos, se puede prestar para múltiples interpretaciones y peor aún, a la discrecionalidad de la autoridad administrativa: “Esto puede generar la necesidad de definiciones más precisas y claras. Los proyectos ahora están supeditados a los instrumentos de ordenamiento territorial y gestión de cuencas existentes, lo que podría limitar la libertad de decisión del agricultor en cuanto a qué plantar o cultivar” señala el representante del gremio.
Si bien la nueva legislación no fue lo esperado por la asociación, existen algunos puntos que destacan en la aprobación. Según señalan, la nueva Ley de Riego presenta oportunidades para mejorar las prácticas de riego y fortalecer la industria en Chile, pero también plantea desafíos que la Asociación Gremial de Riego y Drenaje de Chile (AGRYD) deberá abordar para apoyar a sus miembros y promover el desarrollo sostenible del sector del riego en el país.
Además, Morán agrega que la focalización de la ley en la pequeña agricultura, al dirigir la mayoría de los fondos concursables hacia este sector, puede considerarse beneficiosa en términos de mejorar las prácticas de riego y la eficiencia del uso del agua y la energía en una parte importante de la población agrícola. Sin embargo, es importante reconocer que la implementación de tecnologías en la agricultura de predios pequeños tiende a ser más básica, requiriendo ajustes y equipos de menor complejidad.
CNR
Por su parte, Wilhelm Gruss, Coordinador Unidad de Operación y Seguimiento de la Comisión Nacional de Riego (CNR), explica: «La ley se modificó en septiembre de 2023, aumenta la bonificación que pueden tener algunos tipos de agricultores. La nueva legislación incluye seis tipos de postulantes a la Ley de fomento y los clasifica por el nivel de ingresos que hayan tenido en los últimos tres meses, y por la superficie que ellos disponen. Hay postulantes que pueden llegar a un 95% de la bonificación como otros pueden llegar a un 50%. Esto es un cambio relevante porque el antiguo agricultor de INDAP solo podía acceder a un 90%.
Además, menciona otras ventajas de la nueva legislación, que van por el lado del financiamiento: «Se modificó el programa de la pequeña agricultura que aumenta de 400 UF a 1.000 UF. Así el agricultor pequeño podrá generar un proyecto de 37 millones de pesos. Además, se pasó a cinco variables de concurso, dentro de éstas se encuentra la diversificación de los cultivos y la parte medioambiental.
Nuevas tecnologías y financiamiento
Para la AGRYD, esto plantea desafíos significativos, ya que implica la necesidad de desarrollar estrategias creativas para llegar a estos agricultores y ayudarles a adoptar tecnologías adecuadas a su escala y necesidades. Las largas distancias y la dispersión geográfica pueden dificultar aún más este proceso, especialmente en la venta, distribución de equipos y capacitación de los operadores.
Para la asociación, la focalización en la pequeña agricultura puede dejar desatendidos a los agricultores de mayor tamaño, quienes podrían requerir acceso a tecnologías más avanzadas y soluciones más sofisticadas para enfrentar los desafíos de una agricultura moderna y tecnologizada.