Agua y Riego: el desafío agrícola del presente y el futuro
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En septiembre, GreenNetwork dedica su especial mensual al Agua y Riego, un tema crucial para la agricultura moderna.
Frente al escenario de cambio climático, escasez hídrica y creciente presión sobre los recursos naturales, productores, instituciones y centros de investigación en Chile están impulsando tecnologías y normativas que buscan asegurar la eficiencia en el uso del agua y fortalecer la sostenibilidad en el agro.
El riego se ha convertido en una de las prácticas más determinantes para garantizar la productividad agrícola en Chile, especialmente en un contexto de sequías recurrentes y disminución de caudales en gran parte del país. La técnica del riego eficiente —entendido como aplicar la cantidad justa de agua, en el momento y lugar adecuados— está marcando el rumbo hacia una agricultura con mayor rentabilidad y menor impacto ambiental.
Este enfoque no solo evita pérdidas por evaporación, filtración o escorrentía, sino que también permite un mejor aprovechamiento de nutrientes, mejora la calidad de los cultivos y reduce los costos de operación. De allí que tecnologías como el riego por goteo, aspersión, pivote central y sistemas subterráneos estén siendo cada vez más implementadas en huertos y campos chilenos.
La institucionalidad pública también ha jugado un rol clave. La Ley 18.450, administrada por la Comisión Nacional de Riego (CNR) y apoyada en su fiscalización por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), ha permitido financiar proyectos que modernizan la infraestructura de riego, incorporan nuevos suelos agrícolas y promueven un uso más eficiente del recurso. Este marco legal otorga bonificaciones de hasta un 75% del costo total de los proyectos, beneficiando tanto a agricultores individuales como a organizaciones de regantes.
Innovación digital: Smartfield y el salto hacia el riego inteligente
Un caso destacado de innovación en esta materia es Smartfield, un sistema desarrollado por el INIA Quilamapu junto a la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). El modelo, definido como un “campo inteligente”, integra sensores, monitoreo satelital y análisis de datos para entregar recomendaciones en tiempo real sobre cuándo y cuánto regar.
La iniciativa ya ha mostrado resultados concretos. En Parral, productores de berries han logrado mejorar la calidad y homogeneidad de sus cultivos gracias a la gestión hídrica automatizada. El agricultor Eduardo Yáñez relata: “Fue una experiencia muy grata. Gracias al monitoreo inteligente, supe cuándo y cuánto regar, lo que es fundamental. Los cambios han sido muy notorios. Cuando partimos, el huerto de arándanos no era parejo, pero desde que empezó el proyecto, obtuvo mucho brote y fruta. En tres temporadas pasamos de 15 mil a 20 mil kilos por hectárea”.
El consultor Patricio González, a cargo del Servicio de Asistencia Técnica (SAT) de Berries de Parral, explica: “La información de riego entregada por sensores instalados en los campos es súper expedita. La señal se emite satelitalmente y yo se las comparto a los productores por WhatsApp. Así sabemos cuál es el momento óptimo para regar y por cuánto tiempo”.
Agregó que esta tecnología también ha motivado a los agricultores jóvenes a permanecer en el campo. “Lo que hoy prima en el mercado de los berries es la calidad por sobre la cantidad”, recalcó.
Un futuro sustentable con el agua en el centro
El avance hacia sistemas de riego inteligentes y responsables con el medio ambiente no es solo una necesidad productiva, sino también una estrategia de sostenibilidad. Una gestión hídrica adecuada permite conservar los suelos, reducir la erosión y evitar la sobreexplotación de recursos, alineando a la agricultura chilena con los estándares de producción limpia que exige el mercado internacional.
La combinación entre políticas públicas, innovación tecnológica y buenas prácticas agrícolas define hoy el rumbo de un sector que enfrenta el desafío de producir más y mejor, con menos agua. En este sentido, septiembre es un mes clave para reflexionar sobre cómo el riego eficiente y sustentable se consolida como la herramienta más estratégica para el futuro del agro chileno.