Investigadores trabajan por dar con un trigo más sustentable

Investigadores trabajan por dar con el próximo trigo chileno
26-02-2024

El trigo es uno de los alimentos base de los chilenos, es el principal cereal cultivado y el de mayor consumo en nuestro país, mientras que su producción en la […]

El trigo es uno de los alimentos base de los chilenos, es el principal cereal cultivado y el de mayor consumo en nuestro país, mientras que su producción en la temporada 2022/2023 aumentó en un 15,4% respecto a la temporada anterior.

La sequía y todo lo que conlleva el cambio climático han creado la necesidad de pensar en el futuro del cultivo del trigo y la forma de resguardarlo. En este sentido, todo lo que se haga es un aporte y debe formar parte del trabajo colaborativo por asegurar la producción de alimentos.

La tecnología ha permitido agilizar estos procesos, cuyo uso se está realizando principalmente para encontrar formas de producir un trigo más sustentable, y que sea capaz de adaptarse de mejor forma a las nuevas condiciones climáticas que se están generando.

En este sentido, es que, desde el año pasado, Nicolás Cobo, académico de la Universidad de La Frontera, se sumó como asociado a un proyecto de la Universidad de Talca que lidera Alejandro del Pozo, fisiólogo, donde trabajan junto al INIA Quilamapu, e investigan la resistencia en sequía y la calidad en estas condiciones, del trigo harinero, candeal y quínoa, mediante mejoramiento genético y marcadores moleculares.

Se trata del proyecto: ANILLO ATE220001 (2022-2025). High-throughput field phenotyping to accelerate crop breeding and adaptation to drought-prone environments, en el cual la tecnología ha jugado un rol fundamental, dada la incorporación de drones y cámaras hiperespectrales.

“Este proyecto busca desarrollar una plataforma de fenotipado de campo de alto rendimiento para identificar genotipos con una mejor adaptación a ambientes propensos a la sequía y características de calidad del grano, para impulsar los programas de mejoramiento”, explicó el académico.

“Asimismo, buscamos identificar marcadores moleculares asociados a genes que ayuden a los cultivos a mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la capacidad predictiva del mejoramiento asistido por marcadores”, añadió.

La tecnología es la mitad del proyecto, reconoce Nicolás, quien explica que: “La fenómica son todas esas herramientas tecnológicas que te sirven para poder ver la expresión de algunos caracteres que no podemos ver a simple vista. Con todas estas cámaras hiperespectrales que se están usando en el campo, tú puedes amplificar algunas longitudes de onda, y puedes usarlas para asociarlas con la resistencia a la sequía”.

Acerca de su rol en el proyecto, explicó: “Estoy ayudando con la parte molecular, ellos son casi todos fisiólogos, y la idea es poder identificar distintas formas de cómo medir esa resistencia a la sequía, con drones que ven diferentes reflectancias de la luz en las plantas y poder identificar cuáles están tolerando mejor la sequía y cuáles no, están ocupando cámaras térmicas y la idea es poder relacionar todas esas mediciones con el genoma de la planta, relacionado con el rendimiento y calidad, bajo condiciones de sequía. El uso de drones te permite ver mejor las cosas que no puedes ver con el ojo, por lo tanto, tener mejor capacidad de seleccionar los que tienen mayor potencial. En el futuro, podríamos identificar algún gen que está controlando alguna característica que nos ayude para enfrentar mejor la sequía, el calentamiento global y el cambio climático”.

Como señala el investigador, determinar cuál es la variedad que se adapta mejor a ciertas características, puede tardar años, “en mejoramiento genético uno no trabaja con el carácter último, esto del rendimiento se compone de muchísimos genes y la expresión de múltiples características. Todos creen que el mejoramiento genético se produce de inmediato, pero en Chile para poder liberar una variedad te puedes demorar 10 años”, explica.

Por otra parte, Nicolás Cobo, en 2021 ganó el Fondecyt: “Detecting Genomic Regions Associated with Resistance to High-Virulence Races of Stripe Rust in Durum Wheat: Towards More Durable Resistance and Sustainable Production.” Fondecyt11220889, del cual es investigador responsable y en el cual se estudian nuevas fuentes de resistencia a la roya amarilla para las razas que tenemos en Chile.

Se trata de un hongo que afecta a las plantaciones de trigo y que en las últimas dos décadas han aparecido variantes más agresivas que se han expandido a sectores de temperaturas más elevadas. Para ello, se está trabajando con cerca de 300 variedades distintas las cuales se espera separar entre resistentes y susceptibles para luego determinar cuáles son los genes nuevos de resistencia que se presentan y que no necesite pesticidas químicos para combatir la enfermedad.

Hace unos años el 90% del trigo candeal que se sembraba en Chile, venía de tres variedades del INIA, pero en la actualidad dos de ellas perdieron resistencia a la roya amarilla, lo que es un riego para la seguridad alimentaria del país.

Con esta investigación se espera dar con una variedad de trigo que sea resistente a esta enfermedad, que afecta a uno de los productos principales de la dieta de los chilenos. En especial si tomamos en cuenta que el consumo de pan nos ubica en segundo lugar a nivel mundial con más de 90 kilos al año per cápita solo por debajo de Alemania, motivo de sobra para que demos al trigo la importancia que merece en nuestra agricultura.

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