Estudian cómo controlar plagas agrícolas sin pesticidas

Estudian cómo controlar plagas agrícolas sin pesticidas
19-12-2023

Lo que se espera es generar mecanismos de control biológicos y de esta forma evitar el uso de fungicidas que puedan dañar la salud humana. El objetivo del proyecto que […]

Lo que se espera es generar mecanismos de control biológicos y de esta forma evitar el uso de fungicidas que puedan dañar la salud humana.

El objetivo del proyecto que es parte de una investigación postdoctoral que se está trabajando en el Laboratorio de Genómica Vegetal 1 del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor en conjunto con el Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), es entregar una solución para el control de plagas basada en procesos biológicos sin recurrir a pesticidas.

Los investigadores buscan identificar genes del hongo Botrytis cinerea, que provoca la pudrición gris en frutas y verduras, que pueden estar siendo naturalmente inhibidos por otras moléculas presentes en los vegetales, los RNA interferentes (RNAi), evitando la aparición de la infección. De esta forma, esperan transferir esta resistencia a variedades que sí son susceptibles al hongo, para controlar una potencial plaga sin necesidad de usar fungicidas químicos. El estudio se está realizando en la variedad de tomate rosado.

Las plantas de forma natural envían RNAi a los hongos que entran en contacto con ellas como forma de defensa para evitar procesos de crecimiento o virulencia, aunque algunas variedades de tomate lo hacen mejor que otras, por lo que “buscamos identificar aquellos RNAi que generan las variedades resistentes y que están ausentes en las variedades de tomate susceptibles, sintetizarlos y aplicarlos a aquellas variedades susceptibles, generando un producto natural para combatir el crecimiento o virulencia del hongo”, expresó Mariola Tobar, investigadora postdoctoral a cargo del proyecto.

Para extender la vida útil de los RNAi, aumentar su tasa de internalización y retrasar la degradación por factores como la temperatura o la radiación presentes en los campos, los investigadores están estudiando el rol de nanopartículas de composición orgánica y de bajo impacto ambiental por ser inocuas para los ecosistemas.

“Si logramos tener resultados positivos en esta investigación, podríamos abrir la puerta a una nueva generación de fungicidas, que sean moléculas biológicas específicas para patógenos, que tengan una tasa de adaptación a la resistencia que pueda generar el hongo mucho más rápida, lo que sería muy relevante para la industria agrícola porque podríamos aportar a la generación de una nueva etapa de fungicidas”, explicó Mariola Tobar.

El proyecto tiene como fecha de término el mes de abril de 2024, fecha en la que esperan tener un prototipo a escala de laboratorio y postular a fondos, que les permitan en 2025, comenzar a realizar pruebas a escala de pre campo o invernadero.

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