Se trata de una opción que se está usando con éxito para producir verduras frescas en ambientes controlados utilizando solo una mínima cantidad de agua. Hoy su implementación en Chile se está expandiendo, como una solución para lugares con escasez hídrica.
El crecimiento de la población en el mundo viene acompañado por una gran necesidad de alimento. A pesar de que las nuevas tecnologías, que han permitido aumentar el rendimiento de los cultivos, también la sequía en muchas partes del planeta ha dificultado la producción básica de productos.
Es por ello que en el último tiempo muchos países, principalmente del medio oriente, han invertido una gran cantidad de fondos en desarrollar grandes infraestructuras, para albergar cultivos que se basan en la llamada agricultura vertical, la cual permite ahorrar agua.
La agricultura vertical es un método de cultivo de plantas en estructuras verticales, como edificios o contenedores. Se utiliza para cultivar alimentos en espacios reducidos, como en ciudades, donde la tierra es escasa.
“Consiste en cultivar por capas o niveles, hortalizas u otros cultivos más pequeños, en ambientes controlados. Existen colegas que también denominan agricultura vertical a los cultivos hidropónicos, por ejemplo, están en forma escalonada o apilados. Todo esto, con el fin de mejorar el rendimiento por unidad de superficie. Pero el concepto de agricultura vertical en el mundo moderno, significa cultivar en altura, en estructuras, ya sea en containers o estructuras cerradas, confinadas, donde aplicas luz en forma artificial, regulas la temperatura, la humedad, inclusive el CO2 para tener un buen rendimiento por unidad de superficie para escapar de la estacionalidad de cultivo. Así podemos producir un cultivo todo el año, por ejemplo, la albahaca que es de primavera a verano, aquí tú lo puedes cultivar todo el año”, explicó Gilda Carrasco, profesora titular de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca.
En Chile, la agricultura vertical se está desarrollando rápidamente. Hay varias empresas que están invirtiendo en esta tecnología, y se están construyendo nuevas instalaciones en todo el país.
Las Ventajas
Una de las principales ventajas de la agricultura vertical es que permite cultivar alimentos en cualquier época del año, independientemente de las condiciones climáticas. Esto es especialmente importante en Chile, donde el clima puede ser muy variable.
Otra ventaja de la agricultura vertical es que permite cultivar alimentos en espacios reducidos. Esto es ideal para ciudades, donde la tierra es escasa. Además, la agricultura vertical puede ser más eficiente que la agricultura tradicional. Utiliza menos agua y fertilizantes, y produce más alimentos por metro cuadrado. “El rendimiento si puedes cultivar en suelo 6 a 8 unidades de lechugas por metro cuadrado y en un invernadero hidropónico puedes cultivar 24 por metro cuadrado, aquí si tienes 4 niveles puedes cultivar 96 por metro cuadrado. Lo otro es la eficiencia hídrica que es muy importante, la producción ininterrumpida y si hay eventos climáticos aquí podemos abstraernos de algunos desastres naturales”, comentó Gilda Carrasco.
Otra de las ventajas y “una carta de presentación de este tipo de agricultura en el mundo, pero también porque las empresas y los productores que la están realizando, lo están cumpliendo y es no aplicar pesticidas químicos, sino sólo orgánicos, entonces es un cultivo muy limpio donde tu puedes cosechar y tienes producción ininterrumpida y si aparece alguna enfermedad o algún insecto, tú puedes controlarlo previamente, por eso se hace bien confinado y encerrado para que no haya exceso de patógenos y si ahí aparece algún problema aplicas un producto orgánico”, expresó la profesora Gilda Carrasco.
Los Desafíos
Sin embargo, la agricultura vertical también tiene algunos desafíos. Uno de los principales desafíos es el costo. Las instalaciones de agricultura vertical pueden ser muy caras de construir y operar.
Otro desafío es la falta de experiencia. La agricultura vertical es una tecnología relativamente nueva, y hay poca experiencia en cómo cultivar alimentos en este tipo de entornos.
A pesar de estos desafíos, la agricultura vertical tiene un gran potencial para ayudar a alimentar a la creciente población mundial. Es una tecnología que está en constante desarrollo, y es probable que se vuelva cada vez más importante en los próximos años.
Como señala la profesora Carrasco, “este tipo de agricultura complementa la agricultura tradicional, se pueden realizar ambas paralelamente con el fin de lograr una mayor producción aprovechando la utilización del espacio que ofrece la agricultura vertical”.
La profesora Gilda Carrasco, actualmente está trabajando un proyecto FIC con recursos del Gobierno Regional del Maule, que “termina a fin de año con la entrega de un contenedor piloto hecho en Chile, donde podemos producir más de mil plantas en forma simultánea en un contenedor de 6 metros de largos. Todo con tecnología chilena, hechos por ingenieros ex alumnos en área de mecatrónica, por ingenieros agrónomos, todos de la Universidad de Talca. El objetivo desarrollar un módulo piloto que sea autónomo para producir 9 mil plantas a la vez con plataformas de software que permita usar sensores de diferentes empresas y que el productor que lo utilice a futuro pueda hacerlo desde el celular ya sea a través de internet o bluetooth. Además, al hacer todo local y disminuir los traslados, reduces la huella de carbono”.